La puesta en escena del presidente provincial del PP, rodeándose de la plana mayor del partido (cargos orgánicos e institucionales, parlamentarios, alcaldes), y la respuesta igualmente desabrida de la cúpula del PSOE evidenciaron que el malestar mutuo trasciende los tuit de los alcaldes de ... Begíjar y Benatae, excesivos, malsonantes y ofensivos, por mucho que horrorice la matanza de civiles en Gaza (la relatora de la ONU – la misma organización que en 1948 reconoció la creación del estado de Israel – observó recientemente en su informe indicios de genocidio), como en su día la masacre perpetrada por Hamas. Hace bien Erik Domínguez en poner pie en pared y anunciar denuncias y querellas si ve antisemitismo o delitos de odio. Eso es una cosa y otra es la crítica, legítima y más que justificada, al Gobierno de Netanyahu, en manos de los partidos radicales y ultraortodoxos y cada vez más contestado dentro y fuera, incluso, algo inusual, por EE UU.
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El malestar entre PSOE y PP es mutuo. En otras circunstancias esos tuit no habrían tomado tal dimensión por parte de 'populares' y los socialistas habrían cerrado el asunto con una regañina interna, pero llevan tiempo molestos con los señalamientos con fotos en redes sociales (de los diputados cuando la investidura de Sánchez – 'Todo por la silla' – o más recientemente a los tres dirigentes investigados – 'La trama del PSOE' –), por la utilización del terrorismo como arma arrojadiza o la propagación de «bulos», en particular hacia su líder provincial, Francisco Reyes, y su entorno, como evidenció esta semana al acusar al del PP de «embarrar la política».
El ambiente tampoco es mejor en la Diputación y, menos aún, en el Ayuntamiento de Jaén, donde el mandato arrancó encabronado, cuando, es curioso, los tres principales actores (Agustín González, Julio Millán y Manuel Carlos Vallejo) no tienen una personalidad, política y personal, proclive a ello.
Bien, contagiados por el calentamiento global, o bien, porque se van calentando unos a otros poco a poco en 'feedback', lo cierto es que el aire está cada vez más enrarecido, y eso no es buena noticia para una ciudad y provincia con tantas necesarias y carencias, que requiere la colaboración de los principales partidos en multitud de iniciativas, no solo los grandes proyectos sino también en las pequeñas cosas del día a día.
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Los dirigentes socialistas recurrieron como era de esperar la providencia que les llamó a declarar como investigados por un presunto delito de denuncia falsa contra dos ediles del PP, dolidos como es lógico de que les acusaran de algo tan grave como la compra de votos. Que la justicia haga su trabajo y la política, el suyo. En este ambiente, cuesta imaginar las crispación que habría generado no ya una imputación sino la condena de concejales hace tres años, en 2021, por la trama organizada de facturas falsas en el caso Matinsreg y el quebranto al empobrecido Ayuntamiento de Jaén de 3,5 millones de euros, en los peores años de la crisis y la austeridad, 2012 y 2013, cuando la ciudad se apretaba el cinturón y nos pedían que hiciéramos lo mismo. «¡Se acabó la fiesta!», proclamaban.
Y llamativo que Reyes, tras dos días de silencio, dijera la semana pasada que los investigados seguirán en sus puestos, pero que «si se abre juicio oral, será otra cosa», y esta semana apuntase que el reglamento interno del PSOE dice que «se tomarán medidas – léase ceses – si se abre un juicio oral en caso de corrupción o aprovechamiento, no por otro motivo». Es decir, que no es el caso.
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Estaba cantado que el tranvía iba a volar cuando gobernara el mismo partido en la Junta y el Ayuntamiento. Por eso, después de 13 años parado – va para seis el PP en la Junta – , que la consejera venga a decir que lo han «sacado del olvido», suena a chufla. Habrá que recordarle, porque es nueva, que su partido hizo campaña de 'No al tranvía', que cuando llegó al Ayuntamiento abandonó las instalaciones – robos en la sala de control y vandalismo en las cocheras – , los jardines del trazado se secaron, fueron a 'devolver' las llaves a Sevilla, etcétera, y que la legislatura pasada marearon la perdiz con el nuevo convenio y los contratos para una puesta a punto que, encima, no financia la Junta sino la UE.
Es verdad que su gestión ahora se ve y que el tranvía de Jaén, un bochorno nacional, está encarrilado, pero no pueden pensar que Jaén se contente con un proyecto acabado en 2011, mientras la inversión llega a manos llenas a Málaga-Sevilla. Fomento tiene mucho pendiente: continuar la Autovía del Olivar, VPO, la nueva estación de autobuses, continuar el Distribuidor Norte o solución al APA III, compromisos apuntados por el alcalde.
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Y la Universidad presentó su Plan de Impulso al Desarrollo Territorial de la Provincia y reclamó unidad. Casi 'na'. La Junta ha de dar también un paso al frente en el centro tecnológico del Ministerio de Defensa. El consejero de Universidades, allá por noviembre, mostró su intención e interés de colaborar financieramente con la UJA y el Cetedex, pero aún no se ha concretado (habrá jornada el día 30 en Magisterio, con posible presencia de la secretaria de Estado, y el 7 y 8, la ministra). Mucho te quiero pollito, pero pan poquito.
En este ambiente de confrontación política, la UJA y los agentes económicos y sociales tendrán que asumir la responsabilidad añadida de tender puentes. ¡Buen camino! '¡Ultreia et suseia!'.
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