Probablemente sea el material más denostado del planeta. A la vez ha sido fundamental para que nuestra sociedad llegue hasta el momento actual ¿Qué papel seguirá jugando en el futuro? Me estoy refiriendo al plástico, por supuesto, hoy condenado por todos, debido al mal uso ... en unos casos, a los excesos otras veces y a una mala gestión de sus residuos la mayoría de las veces. Resulta que la imagen representativa de los Grammy Latinos de Sevilla está protagonizada por los polímeros. Con ellos se decoró la actuación más vista y comentada de la gala. Se trata de la versión que hizo Rosalía del 'Se nos rompió el amor' que Manuel Alejandro escribiera para Rocío Jurado.
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Vistas las imágenes, podría tratarse del mismo material que se utiliza para la construcción de los invernaderos solares y que permite que Almería sea el principal productor de hortalizas para la Unión Europea, especialmente entre el otoño y la primavera. Cómo sería el asunto que en distintos grupos de WhatsApp algunos paisanos hablaban del homenaje que Rosalía le estaba haciendo al invernadero de raspa y amagado.
Hasta la fecha pocos han sabido sacar la cara por un material que hoy por hoy sigue siendo indispensable en términos de salud, alimentación, movilidad, tecnología… La lista podría ser mucho más larga. Acciones como la de los Grammy, aunque no tuvieran este objetivo, sirven para reabrir el debate. Yo soy de los que piensan que el problema no es el plástico, el problema somos nosotros.
Se trata de un material de bajo coste, muy alta resistencia, poco peso, que aísla y preserva como ningún otro o como muy pocos. Gracias al plástico se conservan mejor los medicamentos y aumenta su vida útil. Igual sucede con los alimentos. También nos ayuda a controlar mejor sustancias potencialmente peligrosas. Está por todas partes. El móvil, el portátil, el coche, los electrodomésticos, en el baño, en la cocina, en la oficina, en el parque… Lo cierto es que nos hace la vida más fácil.
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El problema es la manera en la que nos deshacemos de él cuando el producto llega al final de su vida. Esto es especialmente grave en un sociedad centrada en el consumo, donde ya no se repara y a duras penas se reutiliza. El sexto continente de plástico que se desplaza por los océanos no es culpa del conjunto de restos que le dan vida. Los responsables somos los seres humanos y la falta de medidas de control por parte de los estados.
Acabo de leer que han llegado a Almería una serie de bancos que han sido elaborados con plásticos reciclados del mar. Este material también lo encontramos en parques infantiles, mobiliario urbano, en contenedores urbanos, envases, y hasta ropa. Es la manera de dar una segunda vida a un material que tiene la capacidad de seguir siendo útil.
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Los plásticos de los invernaderos de Almería no pueden verse como los de las bolsas de los supermercados. Tienen un duración de 3 o 4 años y se reciclan en más de un 90% de los casos. El recipiente de una botella de 20 centilitros de agua pesa 8 gramos. Con esa misma cantidad de plástico Almería es capaz de producir un kilo de tomates. Un dato para reflexionar.
El Club de Marketing de Almería también ha homenajeado estos días al invernadero, seis décadas después de que se construyera el primero. Lo ha hecho celebrando su gala anual en uno real, en Las Palmerillas. Acciones como ésta sirven para recordar que el plástico sigue siendo esencial para nuestra sociedad. El problema está en no saber prolongar su vida y deshacerse de él de manera inapropiada.
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