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Decepción

Mi papelera ·

El otoño me deprime. Es el anticipo de un invierno, y odio el invierno. A mí me pasa como a muchas plantas, que empezando el otoño cambio de color y me cuesta hasta reír. No es que lo diga yo

Adela Tarifa

Jaén

Jueves, 28 de noviembre 2019, 00:34

El otoño me deprime. Es el anticipo de un invierno, y odio el invierno. A mí me pasa como a muchas plantas, que empezando el otoño cambio de color y me cuesta hasta reír. No es que lo diga yo. El otoño arranca con las ... vacunas de gripes y otros bichos, disfrazados con uniforme de neumonía, bronquitis y cosas así. Cosn vacuna o sin ella, raro es el invierno que no se pesca un trancazo. Y eso por mucho que te abrigues. Entras al autobús, al cine o a un restaurante, y ya tienes cerca a alguien tosiendo y echando bichitos para que los demás los pillemos. Luego, para remate, llega la fiesta de los difuntos, que solo la gozan las criaturas inconscientes, los niños. Porque los adultos sabemos de sobra lo que nos recuerdan esos días con olor a crisantemo y camposanto. Al menos ya no es obligado que un cura te ponga una marca de ceniza en la frente y te repita que polvo somos y en polvo nos convertiremos ¡Como si alguien pensara que ha venido aquí a quedarse! No hace falta ser masoquista, digo yo.

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