Edición

Borrar

Dieguito

Diríase que Maradona fue algo así como el director de la juguetería de los muñecos estropeados

Antonio Soler

Viernes, 27 de noviembre 2020, 01:17

La infancia callejera y la madurez callejera. El ídolo que levantó el orgullo de un país herido por una guerra más absurda de lo habitual –Malvinas– haciendo malabarismos con una pelota. El dios macarra que llevó al éxtasis a una ciudad macarra y maravillosa –Nápoles–. ... Maradona, el barrilete cósmico, la mano de Dios y las piernas del diablo. Era no solo lo políticamente incorrecto sino lo políticamente disparatado, era el muchacho de un arrabal de tango, de un cuento de Roberto Arlt –el escritor con más faltas de ortografía que parió la literatura y uno de los talentos más rabiosos del Cono Sur–. Dieguito. El Pelusa, el excesivo, el provocador.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal Dieguito