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Tiempos difíciles en general, para gobernar este país o para frenar a los Netanyahu del mundo.
En verdad, el Ayuntamiento de Jaén lleva en crisis ... casi tanto como el teatro. O el periodismo. Más de dos décadas, desde los tiempos del boom ladrillo y de los pingües ingresos, cuando se creó una estructura en recursos humanos por encima de sus posibilidades y que, cuando estalló la burbuja, derivó en déficit estructural consolidado y aumentó de forma vertiginosa e implacable la deuda, la mayor per cápita de las capitales y ciudades grandes, medianas y chicas de toda España.
Jaén, con otras pocas manirrotas, entró en riesgo financiero y desde entonces se suceden la austeridad y los recortes en personal y gastos, en mayor o menor grado. En 2014, el ministro Montoro creó los Fondos de Ordenación para ayudar a las entidades locales inyectándoles liquidez, para que pudieran pagar a sus proveedores y refinanciar los créditos que vencían. A cambio de que sanearan sus cuentas con presupuestos creíbles, sin martillazos, sin inflar los ingresos, y con planes de ajuste, incumplidos por las sucesivas corporaciones, en mayor o menor grado, ante la imposibilidad de hacerlo sin medidas traumáticas.
Así lo ha venido a decir el Tribunal de Cuentas: que estos ayuntamientos, incluido el jienense, no salieron en 2020 y 2021 – y siguen igual o peor – del riesgo financiero pese a esos Fondos de Ordenación. Lo que no puede ser no puede ser y además es imposible. Así que, seguimos con los presupuestos prorrogados de 2017, cuando Rajoy aún gobernaba y Sánchez recorría las casas del pueblo del país en su Peugeot 407. Ya ha llovido. O no. Y seguimos con el austericidio y sin solución a la vista, solo la leve esperanza de que la condonación de la deuda a Cataluña deje alguna migaja para el resto y caiga alguna quita parcial de la deuda.
Y si la soga ya apretaba, desde octubre el Ayuntamiento recibe menos de dinero de lo que el Estado ingresa por el cobro de impuestos (PIE), millón y medio de euros menos al mes, el 50%, al no haber renegociado un nuevo aplazamiento de la devolución de los préstamos. Y seguimos sin el nuevo contrato de limpieza, el mayor municipal, lo que supondrá un sobrecoste porque las calles hay que seguir limpiándolas y hay que recoger la basura, y lo mismo con el nuevo contrato de los autobuses urbanos. Y seguimos sin la auditoría de las cuentas municipales que actual alcalde anunció si llegaba a la alcaldía para conocer con exactitud la situación y la deuda, arriesgando que si no la rebajaba, la deuda, no optaría a la reelección en 2027.
Tiempo tiene, tres años y medio, y se confía en su capacidad de gestor público como funcionario que es, que fue el argumento que esgrimió en campaña electoral cada vez que le recordaban su falta de experiencia política y municipal.
No están en juego las inversiones que puedan llegar a la ciudad a través de otras administraciones, como el Estado, la Diputación o en particular de la Junta de Andalucía, la que más competencias tiene, aunque sí aquellas que necesiten la cofinanciación municipal. Está en juego la capacidad del Ayuntamiento de seguir prestando servicios, aunque sea con las dificultades y restricciones de las últimas décadas.
Bajó el paro en noviembre, norma de la casa cada año con la generalización de la aceituna y el creciente adelanto de la campaña comercial navideña. Por eso bajó sobre todo en el sector primario y de servicios. Ya vendrá enero con las rebajas, pues la cosecha, pese a las interrupciones por las escasas lluvias, se espera de nuevo más corta de lo anunciado por el aforo, que ya era bajo, de la Consejería de Agricultura.
COAG prevé entre un 15 y un 20% menos de aceite por el menor rendimiento graso, en otra pésima campaña. Ya lo dijeron las organizaciones agrarias, que el aforo era optimista en exceso. Mal vamos si nos hacemos trampas al solitario. 'A calvo ad calvum'. De calvo a calvo.
Cuando se apaguen las luces navideñas llegará otro invierno que se vislumbra también difícil, como el signo de estos tiempos.
P. D. Relevo al frente del Museo de Jaén. La arqueóloga y conservadora del Patrimonio Francisca Hornos Mata, 'Paqui' Hornos, cierra una etapa brillante de 16 años, en la que ha dinamizado la institución – desconocida para muchos por nuestra proverbial indolencia – y al mismo tiempo la ha proyectado fuera. ¡Grazie mille!
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