Ya te digo
Crónicas granadinas ·
Ya he puesto mi portal de Belén como todos los años, cerca de un árbol de Noel, que cada año quiero que sea un olivo, que es más lógico en todos los aspectosTico Medina
Granada
Sábado, 5 de diciembre 2020, 23:14
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Crónicas granadinas ·
Ya he puesto mi portal de Belén como todos los años, cerca de un árbol de Noel, que cada año quiero que sea un olivo, que es más lógico en todos los aspectosTico Medina
Granada
Sábado, 5 de diciembre 2020, 23:14
Es la frase que está de moda, y por eso con ella titulo. Una manera de estar en la actualidad, y sobre todo, de reunir en una página, y como siempre en domingo, desde hace ya no sé cuántos años, notas que tengo por todas ... partes, escritas en la palma de la mano, en el viejo libro de mi memoria, en la larga noche de insomnio, en las tiras de papel en las que escribo cosas sueltas, gota a gota de la sangre de mi condición de viejo contador de historias, ahora que se llevan tanto, las historias de los demás, y consciente de que como en el rock de nuestrísimo Miguel Ríos, 'los viejos rockeros, nunca mueren'. Cierto. Pero los viejos reporteros, sí.
Que ya queda menos. Y es por eso por lo que a la sombra de este paraguas, que no sé dónde estará aquel que me regalaron hace ya muchos años, cuando defendí al cuidador de ovejas, en los montes de León, en Santa Marta de Ribarteme frente al genial Félix Rodríguez de la Fuente, que aseguraba que el lobo no hacía otra cosa que cumplir con su misión ancestral, aquel paraguas inmenso, bajo el que cabía una familia, y con aquel puño de madera trabajada en el que podía leerse:
Para un célebre señor
Periodista sin igual
Labró este palo un pastor
A la vera de un rosal…..
Desde entonces cultivo a veces en demasía el ripio, tanto que casi del ripio vivo, y por el ripio muero, que no hay más que ver mi trayectoria. Y a lo que voy, mis lectores, en este domingo del largo, larguísimo puente en el que nos encontramos. Que ya saben, respetando la devoción, lo que la calle a veces dice, igual que al Sagrado Corazón, que le llaman 'patrono de los trasplantados', a estos días que disfrutamos, los que lo disfruten, claro, le denominan, el de la Purísima Constitución. Que este país nuestro no tiene remedio a la hora del mote.
Ya te digo.
Como lo del paisano Rafael Amargo, bailaor, no bailarín, porque bailaor ya lleva implícito lo de bailarín, que ha sido triste noticia, con tanta Granada dentro estos días. Y encima, o además con el estreno de 'Yerma', tan nuestra. Bueno, pues hay que tener en cuenta lo de la presunción, que es una figura jurídica fundamental. Debo decir que estuvo en el programa 'Aquí y ahora' el día que me despedí, porque me dio de repente el pronto, y en eso estoy, aunque a veces como un fantasma aparezco, pobre de mí. Y allí estaba el artista de Fuente Vaqueros, que me dio un fuerte abrazo, y no quiero renegar del gesto, y se retrató conmigo, y nos dimos casi un beso y me suspiró en el hombro: «Mi vida, paisano mío, no es solo lo que la gente ve, que hay otra vida por dentro».
Hay que ser de piedra para llevar ese nombre por el mundo, el Amargo. Todos los días Viernes Santo. La ley tiene su turno, ¿pero qué quieren que les diga? Yo no pierdo la esperanza de que sea, si es que lo es, un consumidor de sustancias, como ahora se dice, pero no un traficante, que es una cosa bien distinta…
El tiempo tiene la última palabra…
Más. Jesulín, que quiere alquilar 'Ambiciones'. ¡Si yo les contara! Un día hace ya muchos años me enviaron a su casa, un caserío en la ruta de los pueblos blancos, para que le hiciera un reportaje grande, el primero de su vida. Hablábamos por la mañana, un largo fin de semana, y de pronto va y se levanta y me dice:
-¿Cuándo damos de mano maestro?
-¿Y eso, torero?
-Es que quiero irme a 'juronear'
Yo, que ya había tenido hurón, 'cazaconejos', en la casa de mi abuela de Píñar, de la que tanto me acuerdo. Total, que le dejé ir no sin antes hacerle un favor, porque tenía un problema de agua en su finca recién comprada, todavía sin Belén Esteban, claro.
Me preguntó:«Si usted supiera, don Tico, de algún hombre que tienen poderes y saben encontrar agua en tierra seca…».
Lo tenía. Era mi compadre, Manuel Benítez, 'El Cordobés'. Ahora instalado en el difícil y deseado silencio de su casa de Villalobillos, que manejaba como nadie las varas de almendro y, palabra de honor, encontraba agua en donde no la había. Y así lo hice, le acerqué a mi compadre hasta la casa de Jesulín, uno que estaba ya de vuelta del toro, incluso entonces y ya instalado en la leyenda, y otro, que llegaba, rompiendo, tanto que un día me dijo Luis Miguel en su casa de la Virgen, allí arriba de Sierra Morena: «Si ese niño de Ubrique quiere, nos va a mandar a todos a recolectar pepinos. ¿Y sabes por qué?, pues porque tiene las piernas muy largas y trae ganas de comerse al toro…».
A lo que voy, que 'El Cordobés' manejó sus varas de hombre buscador de agua y le abrió el caño de una fuente, al que bautizamos con un mosaico, y que si no se me dice lo contrario, sigue manando, gloria bendita.
En fin, historias que contar, crónicas paralelas a la actualidad más palpitante, asuntos del corazón algunos, otros del hígado. Tengo cosas que contar que quizá no haya contado hasta ahora aunque a lo mejor un día me decido.
La belleza napolitana
Un 'yatedigo'. Sofía Loren, ahora de nuevo de actualidad con una última película dirigida por su hijo, para ver en una tarde de aburrimiento en una de las plataformas de la tele, nació el mismo día del mismo año que servidor de ustedes, su cronista. O sea, el 11 de septiembre del 1934. Una formidable casualidad de la que yo siempre presumo. Momento que aprovecho para hacerles corresponsables conmigo de un secreto.
Cuando se reunió a los periodistas de entonces para celebrar que iba a llevarse al cine la historia del Cid Campeador, apareció la bellísima napolitana. Sin querer pero queriendo la rocé levemente en el pecho. Reconozco mi pecado solo para poder contarlo algún día, como ahora hago, que entonces había censura y yo formaba parte de sus esclavos… aquel olor a Chanel número cinco de entonces...
Y punto y final. Ya he puesto mi portal de Belén como todos los años, cerca de un árbol de Noel, que cada año quiero que sea un olivo, que es más lógico en todos los aspectos. Un portal que me traje de un lejano viaje a Perú buscando la huella sangrienta de Sendero Luminoso. Me hice de él en Arequipa, y es una joyita de una sola pieza. Y en la geografía de mi pueblo están vendiendo el cortijo de las Encebras, de donde bajaban en las ferias sus dueños, los Ballesteros, montados en su yeguas brillantes, elegantes, sombreros, sillas, espuelas…
¡Dios mío, cuántos recuerdos! Si me tocara la lotería, que nunca me toca por cierto, y menos este año, porque ni de mi tierra llevo! Claro que mi premio son ustedes, la pedrea, que siguen aguantándome, leyéndome, aunque me repita a veces más, que la morcilla aquella con cebolla, de la noche inolvidable de la matanza de la casa de mi abuela, en la calle ahora del periodista Tico Medina, donde sigue en venta la casa en la que vine al mundo, por humilde que sea, y que no me alcanza a comprarla… Pero es otra historia paisanos, que solo a mí me trae sin sueño…
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.