La elección de dos puestos clave en el Tribunal Supremo pondrá a prueba la capacidad para alcanzar acuerdos del recién renovado Consejo General del Poder Judicial. La salida, el 5 de diciembre, de Manuel Marchena de la presidencia de Sala de lo Penal y la ... necesidad de cubrir la de la Sala de lo Contencioso ha abierto una batalla entre el sector progresista y el conservador, obligados a llegar a un consenso por la mayoría cualificada que exigen los nombramientos. Es poderoso el objetivo de avanzar hacia la paridad en la cúpula judicial que esgrime el primero para proponer a las magistradas Ana Ferrer y Pilar Teso. Sin desdeñar ese criterio, parece razonable tener también en cuenta otros, como defiende el segundo, que se inclina por Andrés Martínez-Arrieta y Pablo Lucas. La capacitación de los aspirantes no admite discusión. En el fondo del debate subyacen las pistas que su pasada trayectoria puede ofrecer sobre su desempeño al frente de la sala que investiga a miembros del Gobierno, parlamentarios y otros aforados, y de la que revisa actos y disposiciones del Consejo de Ministros. En todo caso, sería inadmisible que la designación de cargos de semejante relevancia sufriera un bloqueo como el que paralizó el CGPJ.
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