El origen y la evolución de la idea de 'Hispanidad', tal como entendemos ahora la fiesta 'nacional' que hoy se celebra, no se remonta como alguien pretende al 12 de octubre de 1492, con el mal llamado 'descubrimiento' de América, sino a las últimas décadas ... del siglo XIX y las primeras del XX. Ronald Campos, profesor de la Universidad de Valladolid, lo explicaba en una documentada ponencia recogida en las Actas del Coloquio 2014 celebrado en Lisboa bajo el epígrafe de 'España y Portugal tierras de encuentro y de proyección cultural'.
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Hacia 1874, durante la Restauración española, el concepto se nutrió de pilares nacionalistas: «el patriotismo, el recuerdo del imperio colonial como fundamento de la grandeza nacional, el catolicismo, la doctrina racista..., frente al liberalismo, la invasión revolucionaria o el racionalismo moderno», argumentaba el ponente. Más tarde, con la crisis del 98 y la inadaptación de España a la modernidad, el concepto adquiere ya su concreción formal con «un valor de universalidad que permitió la unidad de España y América con base en la lengua, religión y cultura heredadas del imperio». Desde entonces y hasta la guerra civil española, la 'Hispanidad' se entendió como «mito y soporte ideológico del rechazo a la modernidad y la tradición liberal e ilustrada». Y fue en ese contexto en el que se afianzó la celebración de la fiesta desde la perspectiva defendida por Ramiro de Maeztu, Zacarías de Vizcarra o José María Pemán, entre otros, propiciando la sobrevaloración de la raza, la lengua y la cultura imperial por encima del influjo intelectual y literario que los primeros promotores de la 'Hispanidad' (Rubén Darío, Menéndez Pelayo, Juan Valera o Unamuno) y pensadores como Ganivet, Ortega y Gasset, Marañón o Eugenio D'Ors proponían para la búsqueda de un futuro común entre la Península Ibérica e Hispanoamérica.
Con el franquismo, la festividad afianzó su carácter nacionalcatólico y ultranacionalista, vinculándose con «principios imperiales como jerarquía, militarismo, autoridad, centralismo, cruzada católica, neocolonialismo e intolerancia frente a la secesión política, social o de pensamiento», recuperando su antigua denominación de Día de la Raza y llevando incluso a la práctica políticas de propaganda y proyectos tan aberrantes como el de 'Eugenesia de la Hispanidad y regeneración de la raza' de Vallejo Nágera. Y cuando, tras la muerte del dictador y la reinstauración democrática, algunos creíamos, ingenuos, llegada la hora de retomar los valores fundacionales de los padres de la 'Hispanidad', basados no en «competiciones colonialistas, imperialistas y bélicas», sino en «posibilidades dinámicas de diálogo y reflexión», continuamos contemplando con incredulidad, en pleno 2023, el anacrónico espectáculo de un desfile militar presidido el Rey y con la participación estelar de la cabra de la Legión.
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