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Ilustración. Bea Crespo
Una antigua risa femenina
El foco

Una antigua risa femenina

Tenemos muchos motivos para cabrearnos y ofendernos, para tomarnos muy en serio la violencia machista, para perder los nervios y las formas ante las injusticias que, como feministas, debemos denunciar

Sábado, 16 de noviembre 2024, 22:58

Es común que a las feministas se nos acuse de ser agresivas y malencaradas, de tener muy poco sentido del humor, de estar locas –pero no locas alegres y despreocupadas, más bien locas histéricas–, de andar por la vida viendo problemas donde no los hay. ... La gente que así nos describe podría tener razón porque, sinceramente, tenemos muchos motivos para cabrearnos y ofendernos, para tomarnos muy en serio la violencia machista, para perder los nervios y las formas ante las injusticias que, como feministas, debemos denunciar. Para muestra, un botón: pocos días después de que Donald Trump ganara las elecciones, una buena amiga estadounidense me contaba que los niños, siguiendo un lema trumpista contra la autonomía de las mujeres, han empezado a acosar a las niñas gritando «your body, my choice» (tu cuerpo, mi elección) en los colegios, incluso que han aparecido carteles con este lema o similares en algunas universidades.

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