Élites y castas
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En los tiempos pretéritos la jerarquía social la constituían el clero, los militares, la nobleza y junto a esta, pero en un estamento superior, la monaquíaSecciones
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En los tiempos pretéritos la jerarquía social la constituían el clero, los militares, la nobleza y junto a esta, pero en un estamento superior, la monaquíaSe va visto en televisión y ha sido noticia estos días, Manuel Valls negó el saludo a Quim Torra en la recepción posterior a la toma de posesión de Ada Colau aduciendo que en su discurso del día anterior en el Parlamento Catalán había hablado ... de él como una casta. La casta, un concepto que volvió a ser visible con la irrupción de Podemos que puso esta palabra ente sus términos fetiche, casi a la altura de por ejemplo sus 'círculos'. El término casta no es algo novedoso ahora. En el siglo XX se puso de actualidad haciéndose en los ámbitos académicos y políticos, diferentes revisiones del concepto. Ya el antropólogo e hispanista británico Julián Pitt-Rivers, señalaba en 1976 que «cada época y cada tierra ha vertido sus ansiedades sobre la palabra casta». Una palabra con largo recorrido y diferentes significados que sirven a usos dispares no siempre fácilmente distinguibles e interpretables. Su significado ha ido sensiblemente variando según se le han ido acumulando al concepto por parte de los actores sociales múltiples sentidos dispuestos a entender determinadas realidades. En los últimos tiempos, en Italia lo ha usado repetidamente el Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo, y en España, Podemos lo puso en su punto de mira desde su irrupción en política, aunque el principal muñidor del término, Pablo Iglesias, precisamente ha sido acusado de encapsularse precisamente como casta. Una casta que ahora así, subrayada en el manual del Podemos 'original' nacido del 15M, de un modo simplista, señala al enemigo claramente definido por un marchamo concreto: los banqueros, los viejos partidos, el mercado, o todos al mismo tiempo. Desde su sentido original en el hinduismo, como estrato social estanco al que se pertenece por nacimiento, la casta ha pasado a designar específicamente a un grupo dominante que se perpetúa a sí mismo y solo vela por sus propios intereses.
Pero en nuestra sociedad la expresión 'casta' (y su plural, 'castas') dio origen a la expresión 'sociedad de castas' o 'sistema de castas' para describir, representar y entender la sociedad colonial latinoamericana. Esta expresión se ha ido popularizando, sobre todo a partir del siglo XVIII, para remitir no sólo a un sistema de estratificación cerrada, sino a un sistema jerárquico racial, donde «casta» es comúnmente tomada como sinónimo de «raza» en su concepción moderna (clase, ralea, estirpe, clase o estrato social enfatizados , alcurnia, linaje, abolengo, calaña, clan,...). En los tiempos pretéritos la jerarquía social la constituían el clero, los militares, la nobleza y junto a esta, pero en un estamento superior, la monarquía. Tras la Revolución Francesa, los grupos sociales más significativos, tendieron a dividirse para proteger sus intereses: burgueses, conservadores, progresistas; derechas e izquierdas, que buscan asentarse en la cúspide de la escala social. A ellos se unen los potentados, terratenientes, y esferas que se van a perpetuar como el clero, etc. Que forman la clase dirigente. Quien más y quien menos busca fortalecer sus privilegios y prebendas. Son en definitiva castas, con prebostes que marcan las diferentes sendas y modos de medrar en los púlpitos de nuestro día a día, ya en los negocios, ya en el deporte, ya en la política, ya en las más diversas esferas que nos imaginemos. Sobre el tema se han escrito diversos libros, y con gran éxito en Italia, alguno también en España, lugares donde ciertas élites, se han desbocado en los últimos tiempos de un modo desmedido aprovechando sus privilegios. Pero valgan las palabras del sacerdote Flaviano Amatulli Valente como referencia que va más allá de lo puramente eclesial, que escribe: «Esto pasa cuando el carisma se vuelve poder y el servicio, dominio, dando origen a una casta sacerdotal con un poder absoluto sobre la feligresía. En lugar de hablar de 'ministerio o servicio sacerdotal', se habla de 'carrera sacerdotal o eclesiástica', una manera como otra para sobresalir y volverse alguien en sociedad». Mientras ha nacido alguna que otra casta vinculada al desarrollo de los nuevos negocios tecnológicos. Y esos bloques ideológicos que antes se diferenciaban bastante unos de otros, hoy es cada vez más difícil distinguirlos en la savia de sus valores. Además, se han vuelto estridentes, contradictorios, transitando por espacios improductivos Son esas castas que se vuelven obstruccionistas, que no llevan sino a bordes kafkianos, en vez de contribuir a un debate racional. Y con tanta casta nos falta una casta que nos defienda de las castas.
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