
Emilio Artacho Castellano, diplomático granadino en organismos internacionales y embajador de España
In Memóriam ·
carmen cordón
Martes, 12 de mayo 2020, 02:31
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Martes, 12 de mayo 2020, 02:31
El 13 de abril falleció en su casa de Madrid el embajador don Emilio Artacho Castellano. Fue un hombre de altísimas cualidades humanas, personales y ... profesionales, un distinguido diplomático español y un enamorado de Granada, la ciudad que le vio crecer junto a sus padres, el conocido abogado Diego Artacho Ramos y su esposa Consuelo Castellano Gállego, y sus tres hermanos: Diego, Amalia y Juan.
Emilio Artacho, desde muy joven, con 11 años, ya quiso ser diplomático y esa pasión y orgullo de servir a España fue la guía que le llevó a vivir alejado de su tierra natal, Granada, de la que siempre estuvo enamorado. Se afincó en Nueva York, donde se casó con la elegante neoyorkina Alix Castroviejo, hija del doctor Ramón Castroviejo, oftalmólogo de fama universal, pero a pesar de las distancias nunca quiso cortar sus lazos afectivos con Granada: mantuvo continuadas visitas a la gran familia de siete hijos que su hermana, Amalia Artacho Castellano, formó junto a Eduardo Jiménez Gil de Sagredo, y se ocupó de que sus hijos, Cecilia y Miguel, nacidos en Nueva York, desarrollaran un arraigo emocional con la ciudad que le vio nacer, y así, ambos pasaron durante años largas estancias de verano junto a sus primos granadinos. Este arraigo hoy permanece firme en sus hijos neoyorkinos y sigue desarrollándose en las nuevas generaciones de sus nietos: Alejandro, Cristina y Natalia, que, cuando visitan Granada, disfrutan de manjares locales como un buen chocolate con churros en la Plaza de la Mariana.
Emilio estudió en los Maristas y fue un destacado alumno de Derecho en la Universidad de Granada, donde se graduó. Sus títulos de licenciado en Derecho, con premio extraordinario fin de carrera, doctor en Derecho por la Universidad de Bolonia, también premio extraordinario, y diplomado en Derecho Internacional en La Haya consolidaron sus capacidades profesionales.
Emilio Artacho siempre supo que quería ser diplomático. Se graduó en la Escuela Diplomática en 1963 y, tras ganar las oposiciones a la carrera fue destinado a Senegal, donde sus embajadores, Nicolás Martín Alonso, y su mujer, Mercedes, lo acogieron como un hijo. Siempre guardó un magnifico recuerdo de su paso por Dakar. Se entregó en cuerpo y alma a una brillante carrera que le llevó ocupar entre 1966 y 1973 diferentes cargos de alto nivel en las embajadas de Dinamarca y Nueva York, en este último caso en la representación permanente en Naciones Unidas. En 1973 regresó a España para desempeñar diferentes responsabilidades, entre otras la de subdirector de organismos (ONU, OIT, OMS, Cruz Roja, etc.) durante varios años en el Ministerio de Asuntos Exteriores, hasta que le ofrecieron el puesto de embajador representante permanente adjunto ante las Naciones Unidas en Nueva York, en 1981.
En 1986 fue destinado a Ginebra como embajador representante ante las Naciones Unidas y los organismos que tienen sede allí: OMS, Cruz Roja, OIT. En 1991 fue nombrado embajador representante permanente de España en el Consejo de Europa en Estrasburgo. En 1996 fue asesor en el gabinete del ministro de Asuntos Exteriores, en 1997 jefe de área de relaciones con la Santa Sede y en 1998 fue también vicepresidente del Consejo Superior de Asuntos Exteriores.
Este granadino ilustre siempre fue un hombre disponible al diálogo franco y se caracterizó por su espíritu de apertura y honestidad, con el que siempre abordó desde los temas más sencillos a los más complejos.
Artacho Castellano fue nombrado comendador de número y comendador de la Orden de Isabel la Católica, caballero de la Real y Muy Distinguida Orden de Carlos III y caballero de la Orden de Mérito Civil. También atesora méritos como haber sido nombrado comendador de la Orden al Mérito Civil de la República Italiana y Premio Vittorio Emmanuelle II, de la Universidad de Bolonia.
Acabamos de perder un gran diplomático, un gran hombre, un buen padre, un marido comprometido y una persona distinguida por su talante, vasta cultura y saber hacer. Fue una de esas figuras brillantes y completas que han dado la ciudad de Granada.
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