Les voy a hablar de una maravilla cercana. ¿Han tenido ustedes alguna vez en sus manos un corazón, han podido examinar en directo una placenta o el interior de un cerebro humano? ¿Sabían que Granada alberga uno de los laboratorios más prestigiosos que hacen posible ... todo esto?
Les estoy hablando del Laboratorio de Plastinación y Conservación de órganos humanos, plantas, hongos, animales... En él se preparan estas maravillas de la biología para ser destinadas a la docencia, la investigación o la divulgación. De ahí salen órganos para Universidades y Museos Científicos de todo el mundo. Pueden verlos en grandes o pequeños centros como el grandioso Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, o el fantástico MUDIC de Orihuela. Desde unos pulmones de camello, hasta cerebros en los que estudiar diversas anomalías clínicas. Esta tecnología permite que órganos, que de forma natural se pudrirían en unos días, permanezcan intactos y puedan verse a la perfección e incluso tocarse sin el riesgo de los antiguos métodos como el peligroso formol.
Uno de sus últimos trabajos es la preservación de una serie de placentas de gemelos y trillizos que están arrojando luz sobre este órgano prodigioso del que, por cierto, todos (ustedes y yo), hemos dependido alguna vez para llegar a nacer. Estas placentas forman parte del trabajo de investigación que dirige la Dra. Francisca Molina desde nuestro Hospital del PTS. La doctora es una experta internacional en cirugía fetal, la más asombrosa de las cirugías. Tuve la suerte de ver esas placentas y les aseguro que estamos ante un proyecto que deslumbra tanto a expertos como a profanos. Esto salva vidas y formará a mejores médicos.
Como les decía, esta maravilla la tenemos muy cerca, aquí al lado, en el Parque de las Ciencias, en el fantástico Pabellón del Cuerpo Humano. Este milagro es posible gracias al talento científico y la capacidad para disecar del Dr. Miguel Guirao, profesor de la Facultad de Medicina de nuestra Universidad, y apasionado anatomista. Junto a él se despliegan los conocimientos especializados y la buena praxis de la bióloga Esmeralda Alaminos, el trabajo riguroso y constante del biólogo y cofundador del Parque de las Ciencias Javier Medina, y todo un gran equipo: científico, expositivo, educativo, de mantenimiento, administración, etc. Déjenme destacar esa palabra clave: Equipo. De verdad, no se lo pierdan. Muchas personas viajan desde lejos para conocer este Pabellón y su puntero Laboratorio, que siempre está innovando.
Sin duda la placenta es un órgano que hace cosas tan increíbles como permitirnos llegar a existir, pero además su imagen tan modesta y humilde me parece un bonito recordatorio: los seres vivos, y las sociedades, seguimos de algún modo conectados con nuestros orígenes en una larga cadena formada por todo lo que nos permitió ser lo que somos.
Por último, una confesión. He querido escribir esta nota por varios motivos. Sobre todo porque me gustaría que más personas disfrutaran del Pabellón del Cuerpo Humano y de los resultados de su Laboratorio. Segundo como homenaje a quienes lo hacen posible. Y tercero porque hace poco me tropecé con un asno, que me perdone tan noble animal, que se preguntó, de aquella manera, si eso era 'relevante'… Bueno, no perdamos ni el humor ni el hábito de decir las cosas que pensamos, aunque nos espere alguna coz. Mi respuesta es que sí, que es muy relevante. Debemos recordar que para que maravillas como el Parque de las Ciencias existan, además de crearlas hay que nutrirlas día a día, a través de la 'placenta social' que formamos todos, y tener bien claro que el Conocimiento y la Educación son lo verdaderamente relevante. Precisamente para eso se creó hace 30 años el Parque de las Ciencias, y hablo con conocimiento de causa.
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