Escándalo

¿A qué se dedican? Es curioso, pero ninguno se ha puesto ante las cámaras a contarnos lo que hacen. A lo más que llegan es a decir que «hemos hecho esto y lo otro» como si el dinero empleado en ello -porque siempre hay que emplear dinero para hacer cosas- hubiera salido de sus propios bolsillos. «Esta carretera la hice yo», proclaman en sus memorias cuando ni tienen el título correspondiente para hacerla, ni poseían la escritura del terreno utilizado para hacerla, ni se pusieron el mono de trabajo ni siquiera para preparar la mezcla para poner la primera piedra. Pero lo que más les gusta es utilizar otro tiempo verbal que exteriorizan con «vamos a hacer». Vamos, vamos, vamos. Almería está llena de cosas que se iban a hacer y que ni han llegado, ni se las espera. Por aquí han pasado más ministros poniendo fechas y más políticos con bombos y platillos que segundos tiene una hora. Nos han prometido el oro y el oro, nos han enseñado dibujos y maquetas, nos han hablado de presupuestos, nos han adelantado fases de inversión…, pero la geografía local y provincial se ha quedado huérfana de esas realidades que colgaban del anzuelo de los pescadores de votos que nos embaucaban y que no tardarán en aparecer en sus respectivos escenarios. Hace muchos años, cuando 'El Tomillero' empezó a desconfiar de todo esto, asistió primero a una reunión de políticos en Almería con regentes y después, a otra en Motril, de los mismos políticos también con regantes. Se hablaba de presas y trasvases. En Almería, los piquitos de oro defendían la llegada del agua del Guadalfeo. En Motril, apostaban por lo contrario. Y estaban todos, de todos y por todos.

Raphael sigue cantando la misma canción y Julio Iglesias la suya y es que poco se ha cambiado. La vida sigue igual y los escándalos… bueno, posiblemente aparezcan nuevos, pero ya no nos sorprenden tanto, son ya como de la casa, estamos familiarizados, tanto o más que los herederos legítimos de los mismos, aunque a nosotros nos resbalen menos que a todos los que salen a justificar los deslices de quienes fueron compañeros, mentores, padres, madres, maestros… Es lo que tenemos encima desde que había dedos para contarlos, ahora no hay ni huesos en el cuerpo que nos lo permitan.