Esparcir basura

En la política española cada vez hay más insulto y menos 'trash talking'. Porque para ser un buen esparcidor de basura dialéctica, primero hay que ser un gran jugador. Hay que tener galones y carisma. Hay que meter las canastas para sacar la lengua. Hay que hundirla para, acto seguido, darse importancia mostrando musculitos y desafiando a la grada. Y hay que estar muy bien preparado para aguantar la presión de miles de personas ciscándose en tus ancestros. Cagándose en tus muertos, o sea. Cualquier mindundi no vale para escupir veneno. Porque también es necesario tener agilidad mental, ingenio y una lengua bífida que dispare trallazos a izquierda y derecha.

El gran especialista en el 'trash talking' político español fue Alfonso Guerra. La frase 'Alfonso, dales caña' ya forma parte de nuestra historia. De los políticos en activo, Gabriel Rufián es el más auténtico, el más letal. ¡Qué capacidad tiene de conseguir highlights con su verborrea, incisiva e hiriente! Y en Granada tenemos, por supuesto, a Manolo Pezzi. Su 'tontopollas' del otro día, en plena polémica sobre los atardeceres, nos hizo recordar al Pezzi más bravo y bravucón, aquel que se envolvió en la blanquiverde para desconcertar a Rajoy en un debate sobre el estado de la nación. ¡Más caña, que aún queda una semana de campaña!