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Puerta Real

Comidas de Navidad

La gente compra y congela y vuelve a comprar y congelar como si no hubiera un mañana

Sábado, 14 de diciembre 2024, 22:41

La fiebre de las comidas navideñas, que se desata a mediados de diciembre para desearnos felicidad, paz, prosperidad y todas esas cosas al uso, también me ha atacado este año. Es un agente externo que obliga a los comensales a cambiar el horario del almuerzo ... y somete el sistema digestivo a ensayos de resistencia no aptos para mayores de setenta años. Veremos cómo salimos de esta prueba de fuerza, para la que los profesionales de la medicina no han encontrado un sucedáneo menos agresivo. Aclaro que las convocatorias a estos homenajes a mesa, mantel y escote se hacen con la mejor intención por los organizadores. El problema radica en que, sin solución de continuidad, llegan las cenas de Nochebuena y Nochevieja con la presencia de cuñados y demás familia, que conllevan un aumento gratuito de la tensión difícilmente soportable. Porque las Navidades que perviven en la memoria no son las de estas reuniones, sino aquellas de la edad del frío, con el último gallo del corral en el centro de la mesa, tras pasar por el horno, la bandeja de alfajores caseros y turrón de Jijona, las castañas con anís y los villancicos ante el belén nevado de harina, con musgo del Cañuelo y figuras amontonadas en caminos de serrín.

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