Dichosas mascarillas

Cierto es que nunca llueve a gusto de todos, pero lo preocupante es que llevamos unos años en que apenas llueve. Para arreglar este estropicio celestial, lo habitual hace varios lustros era sacar en procesión al patrono local haciendo rogativas para pedir la lluvia. A veces conseguían ordeñar las nubes. En esta etapa actual, con una sociedad más laica y descreída, se sacan los tractores a las carreteras y los pasean por las calles, con pancartas en las que describen el abandono que sufren por parte de la autoridad competente. Las peticiones, que no son solo de agua, no se dirigen ahora al cielo sino al Gobierno y a la UE. Sus demandas apenas tienen eco en los despachos oficiales, donde atribuyen todos los males actuales al cambio climático.

Sea por el dichoso cambio climático o sea porque los cielos tienen un calendario que no se adecúa al nuestro, el caso es que la primavera adelantada de la que hemos disfrutado estas últimas semanas ha hecho florecer antes de tiempo los almendros y otros frutales de hueso, que no cuajarán con los fríos que se avecinan. Otro contratiempo más para la gente del campo, que está ya con la soga al cuello. Mejor lo tiene nuestra alcaldesa, que nos prometió una ciudad libre de suciedad y de pintadas. Las lluvias de la semana pasada y las que ahora nos visitan ayudarán a limpiar aceras y calzadas. Aunque sea de manera extraoficial, Marifrán debería nombrar a la lluvia concejala número 28 y agradecerle así los servicios prestados.

Bromas aparte, al que le espera un verdadero cambio climático es a José Luis Ábalos, ministro de Fomento entre 2018 y 2021, que saltó al 'top ten' de la fama cuando mantuvo un encuentro en Barajas con la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez, que llegó cargada de maletas y tenía prohibida la entrada en territorio europeo. Aquello fue 'peccata minuta' comparado con el cobro de comisiones ilegales en la compra de las mascarillas durante la pandemia por parte del que fue su mano derecha, el tal Koldo. El barro salpica a Ábalos... y también a la presidenta del Congreso. Veremos en qué acaba. En su día, se vio el caso del hermano de Ayuso, que «fue investigado por distintas instancias y se demostró que no había nada», según afirmó en un tuit la presidenta madrileña, en respuesta a Sánchez. Cuando escribo esto, las últimas noticias sobre lo de Koldo hablan de un beneficio ilegal de más de 16 millones de euros. Calderilla...

Cuántos días de lluvia, como esta que ahora cae, harían falta para limpiar la porquería y la inmundicia que nos rodea.