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Puerta Real

La geografía del dolor

En esta doliente España siempre hay voluntarios para engrosar la historia mundial de la infamia

Sábado, 2 de noviembre 2024, 22:53

Dice el salmista que hay un tiempo para vivir y un tiempo para morir. Cuándo la hora final es llegada, siempre trae emparejado el llanto a la tragedia. Tras el muro de ausencias se agolpa todo lo vivido y recordado. Cuando vuelves del cementerio, ese ... lugar de descanso y podredumbre, que estos días se ha llenado de flores, pesares y oraciones, para acercar la memoria del ausente, te das cuenta de que la mayoría de los que conociste ya están allí. Han ido atravesando el muro tras el que esperan reanudar la vida de otro modo. ¿Cómo saber dónde se encuentra aquel abrigo con brazalete de luto que llevabas cuando se murió la prima Esperanza, que acababa de cumplir los dieciséis? Tendrías que preguntárselo a tu madre, que sabría en qué armario lo guardó. Y se acordaba, seguro, de cuánto costaba el sello que había que poner, al franquear las cartas, para ayudar a Valencia tras el desbordamiento del Turia en 1957. Pero ha pasado tanto tiempo desde que cruzó el muro, que ahora no está para esas bagatelas.

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