El papel, imbatible

Puerta Real ·
Nos dijeron que tenía sus días contados, pero no conozco a nadie que tenga las escrituras de su piso en un 'pendrive'

Esteban de las Heras

Sábado, 25 de febrero 2023, 21:42

He perdido ya la cuenta de los años que han pasado desde que los cofrades del señor Google nos dijeron que el papel tenía sus días contados. Incluso el Gobierno puso fecha para llegar al 'cero papel' en todos los departamentos de la Administración. Entre ... ellos, la Justicia. Pero en las informaciones sobre la huelga que mantienen sus funcionarios, vemos montañas de papel en mesas, estanterías y archivos de los juzgados. Incluso los manifestantes portan folios con sus reivindicaciones. No niego que la muerte del papel llegue algún día, pero va para largo. Hay mucho cantamañanas suelto que sigue dando la tabarra con la aversión que tienen a los pliegos, hojas o folios, pero no conozco a nadie que tenga las escrituras de su piso en un disco o en un 'pendrive'. Así que «menos lobos, Caperucita». Las multas, los recibos de la luz o del agua, la nota de la compra o el comprobante de haber pasado la ITV siguen teniendo el papel como soporte. Igual que los apuntes a los que recurren los estudiantes antes del examen, las libretillas de Bárcenas, o las cartas que enviaba Enríquez Negreira a los directivos del Barça exigiendo sus 'honorarios'.

¿Se imaginan una Feria del Libro sin papel? Para no dar más vueltas a la noria, ahí están los papeles que llevaba en el coche la concejala de Maracena secuestrada. El papel, que de hecho es tan frágil, aguanta más que una batería de litio, para lo bueno y para lo malo. Lo saben muy bien la alcaldesa maracenera y el ex alcalde Noel López. En estos duros tiempos que nos han tocado en suerte, no hay nada como el papel, se pongan como se pongan los súbditos de Google y asociados. Hasta que algo no ha sido impreso, negro sobre blanco, en una cuartilla, un folio o una libreta no pasa a la categoría de lo convincente. En cualquier trato, siempre se oirá una voz que diga: «eso lo quiero por escrito». Y ese escrito estará hecho a bolígrafo, con pluma estilográfica, con un lápiz de carpintero, o en ordenador…, pero en papel. Incluso las imágenes tienen un valor añadido. Pueden tener mucha calidad en el móvil o en la pantalla del portátil, pero como la foto del bautizo del nieto en papel no hay nada. Y no digamos si ha salido en el periódico. La calidad puede ser algo inferior, pero eso de enseñar a la vecina la hoja del diario, con la foto de la niña levantando la copa del torneo de baloncesto del colegio, es impagable. Algo de niños tienen los políticos, ¿o no conocemos la querencia de alcaldes, diputados y demás miembros y 'miembras' de la cosa pública por salir retratados en los periódicos? ¡Ojo!, no es lo mismo salir en los papeles que verse en el papel. Lo de salir en los papeles les gusta menos.

Pese a esta contundente evidencia, en este mismo papel que tiene en su mano usted ha podido leer más de una vez los ditirambos con que los fanáticos del plasma comentan los últimos avances en las comunicaciones. Son tan forofos de esos chismes o aparatos que disfrutan como pulgas en perro flaco, aunque estén anticuados a la semana de haberlos adquirido. Algunos amigos militan en este ejército de especialistas en sorber información por tubos catódicos, plasmas, móviles y demás chips. Si alguna vez consigo que accedan a charlar tranquilamente mientras tomamos un café, terminan reconociendo, sea cual sea el asunto tratado, que han leído algo sobre ello pero no recuerdan ni en dónde ni cuándo. Lo que, en román paladino, se llama diarrea mental.

Viva el papel 'for ever'.