Ruidos y recelos

Lo de Waterloo sí ha sido un 'Jallogüín' de tres pares de pelotas, con su truco y su trato. Y el trato, por lo visto hasta ahora, nos va a costar un pastizal. No hablo de bochorno ni de vergüenza, que deberían marcar las rayas rojas en esta época de emociones. La vergüenza se perdió desgraciadamente hace tiempo en la nube donde habita el deshonor. Hablo de algo mucho más ordinario y pedestre. Hablo de la pasta, del taco, del maldito parné. Es lo único que saca de su modorra al personal pastueño y dócil, que asiste a tales tropelías sin coscarse. Porque no sólo van a conseguir la amnistía los condenados por el 'procés', sino que les van a conceder una 'morterá' de millones, que viene a ser como 'limpiarse en las cortinas'. Ante esta ignominia, el presidente Juanma Moreno ha alzado, por fin, la voz para exigir igualdad para Andalucía. Un gesto que, en principio, podría ser digno de aplauso, pero a nadie se le escapa que con ello suscribe al 'divide y vencerás', que es lo que va buscando el derrotado de Waterloo. Si, como dan a entender sus declaraciones, se apunta al grito de «mar...cón el último», ¿qué les va a quedar a los castigados extremeños, leoneses, aragoneses, murcianos o castellanos? Más sensato sería que el bienquisto presidente andaluz abandonara la zona de confort en la que se instaló tras conseguir la mayoría absoluta y uniera su protesta a la de los demás agraviados, que son muchos, aunque no todos estén representados como se merecen en el concierto del conjunto de la nación.

Estando así las cosas, ¿cómo voy a pedirle cuentas a Marifrán por la cabalgata de motos a escape libre con que nos deleitó en la noche de 'Jallogüín'? Aquel estruendo, que asustaba hasta a los sordos, tenía todas sus bendiciones, pues iba escoltado por la policía local. Esto tenía cabida en la etapa de Cuenca y sus bailes, pero ahora toca no tocar los perendengues, Marifrán. Menos decibelios, 'porfa'.