Los felices veinte

Puerta Purchena ·
«El mayor descosido hecho a este país ha venido de la mano de los corruptos y de sus acólitos que entonces callaron, los mismos que ahora gritan que España se rompe»

José María Granados

Miércoles, 1 de enero 2020, 22:04

Pepe 'El Tomillero' sale a la calle entre el ruido de los cohetes y petardos y el jolgorio popular.Comienzan los felices años 20 si algún hijo o hija de mal padre o de mala madre no lo estropea, que seguramente lo hará porque aquí, ... basta que estemos contentos para que aparezca alguien a encargarse de aguar la fiesta, de convertirse en el cenizo más cenizo o en ave de mal agüero. Los habrá voluntarios y a sueldo, pero el caso es que existen, que están y que nos ensordecerán con su matraca hasta terminar con la poca paciencia que nos quede. Pero mientras preparan su estrategia, a nosotros nos toca disfrutar y acumular fuerzas para seguir disfrutando, que la vida dura lo que dura y no hay otra y, si la hubiera, será diferente a esta, seguro.

Entramos en los veinte y es maravilloso comprobar como, pese a los señores de negro y a lo que se encargan de vocear, España no está rota.Si acaso anda un tanto descosida con tanta corrupción, tanto rescate y tanta chulería y postureo como consecuencia, entre otras cosas, de esa profesionalización de lo público que ha estado más dirigida a generar beneficios propios que a otra cosa y quizá por ello reclama hasta el derecho a la herencia, inundando de apellidos que fueron las instituciones de ahora.

Dejemos eso y vayamos a la cuestión. Esos felices veinte que se abren ahora a una nueva oportunidad, con generaciones nuevas con ganas de transformar y de participar se inician desde el más puro respeto a esa Constitución que manejan a su antojo los herederos de aquellos padres de la Patria que pasaron del atado y bien atado al no le hagas doble nudo y que tergiversan cada dos por tres en cuanto ven en peligro la comodidad en la que andan instalados.

Declaraciones y comentarios como los que inundan estos días las redes sociales y los medios de comunicación muestran, una vez más, el indecente posicionamiento de quienes ni saben perder ni mucho menos han aprendido a ganar. Políticos y políticas de pacotilla, fósiles de las ideas, dictadores de látigo y palabra, manipuladores, farsantes y mentirosos que durante años se han dedicado a criticar en otros lo que ahora tratan de hacer, de imponer.

El mayor descosido hecho a este país ha venido de la mano de los corruptos instalados en el poder y en el mando, y de sus acólitos que entonces callaron y que son los mismos que ahora gritan eso de que España se rompe tras haber sido incapaces de hacer política en su sentido más amplio, no precisamente el de imponer su criterio, sino el de acercar posturas, aceptar condiciones, rebajar pretensiones y convencer. Ahora, cuando tras rechazar el diálogo niegan que los demás hayan dialogado ven en los acuerdos alcanzados un peligro para ellos mismos y prefieren engordar a los enemigos propios que hacer amigos entre el resto. Quienes han procurado el nacimiento y fortalecimiento de Vox están dispuestos a dejarse comer por su creación antes de empezar a representar a esa mayoría de españoles que llevan al país y su bandera por dentro y muy arraigada. El efectoRivera se sabe que emborracha. ¡Viva el vino!