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La feria de las sorpresas

Puerta Real ·

El nuevo alcalde ha salido de ese juego de pactos en los que a los votantes solo nos toca dar cobijo al asombro

Domingo, 16 de junio 2019, 02:03

El único que no mostró ni pizca de inquietud, nerviosismo o sorpresa ayer mientras se llevaba a cabo la elección de alcalde de Granada fue el inquilino del sarcófago de plomo encontrado en los sótanos de la antigua CajaGranada en Villamena. Ni protestó días pasados ... porque le cambiaran de sitio, ni ha dado muestras de querer salir de su ataúd para ir al ferial. Creo que no sabe que dentro de poco van a interrumpir su sueño -que venía siendo eterno- para hurgar entre sus restos y despojarlo de lo que sus deudos colocaron junto al cadáver. A este abuelo romano que le ha salido a Granada le van a hacer un examen exhaustivo desde el dedo gordo del pie hasta la muela del juicio, le van a sacar el 'adeene', le van a examinar los restos de la túnica que le pusieron para hacer el viaje, le mirarán a ver si lleva en la boca la moneda para pagar a Caronte el viaje para atravesar la laguna Estigia, o para comprobar si era ya cristiano y junto a él aparece algún vestigio o resto de su piedad. Su lengua seguirá muda para toda la eternidad, pero van a hacer que hable y nos cuente como era su vida y a qué se dedicaba cuando era todavía un habitante de este mundo. Aunque podría ocurrir que en el sarcófago no haya restos humanos, sino un rico tesoro de monedas y otros objetos de valor. Esa desatará la imaginación y reverdecerán las leyendas de tesoros escondidos, que en este caso no serán moros sino romanos. Sea lo que sea, lo cierto es que la memoria de la Granada romana cada día toma más cuerpo, más importancia, porque no pasa un año sin que nuevos vestigios -en el Albaicín, en el Zaidín, en Los Mondragones- salgan a la luz para mostrarnos y demostrarnos que la Granada anterior a la época islámica tuvo una notable importancia, mucha más de la que hasta ahora se venía reconociendo. En fin, que cuando pase el Corpus y se hayan bailado en las casetas las tediosas sevillanas del adiós, podremos volver a hablar de este nuevo antepasado que dormitaba en Villamena.

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