Edición

Borrar

Una feria de tiquismiquis

La Carrera ·

Martes, 17 de diciembre 2019, 22:45

Unos y otros, estos y aquellos, todos vamos por el percal de los días como si estuviéramos en una feria, una feria de las vanidades donde todo es cartón piedra que oculta la vida real, lo esencial. Una metáfora, la feria, donde hay un ambiente ... histriónico, un universo de espectáculo y parque temático, que levita y se separa de los genuinos y hondos veneros del mundo. Una 'calle del infierno' donde predominan las casetas de espejos que deforman nuestra verdadera fisonomía y nuestro ánimo y manera de ser, y las casetas de tiro, de tiro a todo lo que no va con nuestras ideas, a todo lo que no está en nuestra burbuja cada vez más hermética. También en esa populista ciudad precaria de lonas y saltimbanquis no faltan las casetas 'freaks', de personajes que convertimos en 'monstruos de feria' para soliviantar fuera nuestra mirada y nuestras conciencias, y no mirarnos a nosotros mismos: monstruos de todo tipo, monstruos de andar por casa, y que lo mismo están en el papel cuché, que en el piso de enfrente, lo mismo se sientan en un programa televisivo de la tarde, o se encierran en una casa con confesionario. Pero también 'monstruos de feria' que situamos en la tribuna contraria, en los colores que no son nuestros, o detrás de unas ya famosas líneas rojas de quita y pon al gusto.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal Una feria de tiquismiquis