Como todos los años cada 6 de enero, desde aquel mismo día del mismo mes de 1782 en el que Carlos III ordenó a los ... virreyes, capitanes generales, gobernadores y comandantes militares que, en la fiesta de la Epifanía, reuniesen a las guarniciones y transmitieran en su nombre su felicitación, la tradición se ha vuelto a repetir con la celebración de la Pascua Militar, acto castrense que conmemora la reconquista por las tropas del Rey Carlos III de la isla de Menorca para la Corona de España.
Volvía de esa manera a la soberanía nacional un territorio que nunca debió desmembrarse, y que lo fue sólo después de un acuerdo secreto de Francia y Gran Bretaña pactado a espaldas de nuestro país y plasmado en el ignominioso tratado de Utrecht (1713) para poner fin a la guerra de Sucesión (1701-1715) aprovechando el desastre que supuso para nuestro país la muerte del último del rey Habsburgo Carlos II. De esa forma, la isla que había sido conquistada por los ingleses durante esa guerra en 1708 fue anexionada por la pérfida Albión a cambio de reconocer al borbón Felipe V como rey de España.
Habían sido 74 años de ocupación en los que la isla había estado en poder británico (con un breve intervalo de ocupación francesa de siete años a mitad del siglo) y su recuperación tuvo que esperar casi setenta años, siendo posiblemente el detonante la entrada en la contienda de nuestro país, junto a Francia, en la guerra de la independencia de los Estados Unidos que Carlos III, en el trono desde 1959, aprovechó para el infructuoso intento de recuperación de Gibraltar que de alguna forma propició la operación militar secreta que culminó con la recuperación de Menorca.
La liberación de Menorca en 1782 representó de forma notable la implicación de España en aquella guerra que posiblemente fuese la más triunfante realizada por nuestro país contra el Reino Unido en el siglo XVIII, por ello Carlos III, dictó una real cédula instituyendo la Pascua Militar destacando que debían ser los superiores militares los que acudiesen a saludar a sus subordinados y transmitirles la felicitación de su Rey con motivo de la Pascua alcanzando en cascada la totalidad de las guarniciones.
Considerado por muchos analistas históricos como el mejor rey de la historia de España, Carlos III, rey discreto, austero y fiel con su pueblo, pero poco conocido por los españoles y por el que nuestro actual monarca Don Felipe ha expresado públicamente admiración por su reinado, fue el instaurador de la Pascua Militar en una tradición que se remonta ya a más de 240 años y que hoy bajo el reinado de Felipe VI simboliza los valores que a través de la jerarquía militar se transmiten a todo el estamento y que trasciende a la propia sociedad de la que las Fuerzas Armadas son parte consustancial.
La solemne ceremonia de la Pascua Militar, que se desarrolla en el Palacio Real, se inicia en la Plaza de la Armería con los honores de ordenanza reglamentarios, la interpretación del himno nacional y una salva de 21 cañonazos. A continuación, y después de saludar a la autoridades, el Rey pasa revista a la formación de la Guardia Real. Una vez en el Salón del Trono en interior del Palacio, la Familia Real saluda individualmente a todos los asistentes con independencia de su jerarquía y graduación. Finalizados los saludos y ocupadas las posiciones protocolarias por las autoridades asistentes la ceremonia comienza con la imposición por parte de Su Majestad el Rey de las condecoraciones a los distintos miembros de las Comisiones Militares siguiendo la tradición de Carlos III que también instituyó la efeméride para conceder ascensos, títulos y recompensas que incluso llegaban a las tropas y sus familias con obsequios personales del Rey.
En el formato actual de la Pascua Militar, recuperado por el Rey Juan Carlos en 1975, interviene también el ministro de Defensa con un discurso en el que se exponen los logros del año anterior y los retos del presente a los que las Fuerzas Armadas se enfrentarán en el año que comienza, queriendo significar también la lealtad de los Ejércitos de España a Su Majestad el Rey.
Finalmente, el Rey como Mando Supremo de las Fuerzas Armadas dirige unas palabras a los asistentes en las que expresa su felicitación por la efeméride y exhorta al cumplimiento de sus misiones recogidas en la Constitución. La celebración también se realiza el mismo día en las plazas con guarnición militar donde las Fuerzas Armadas tienen jefaturas o mandos de primer nivel, siendo Mahón precisamente la única ciudad donde, sin tener esa distinción, sigue celebrándose el acto desde su instauración.
En este incierto 2024, Don Felipe presidirá su décima Pascua Militar desde que accedió al trono en 2014. También estará por vez primera, junto a sus padres los Reyes, la Princesa Leonor, heredera al trono del Reino de España quien, en el momento de escribir estas notas se desconoce si lo hará luciendo su flamante uniforme de cadete de la Academia General Militar. En cualquier caso, el futuro de la Pascua Militar pasa inexorablemente por su figura, por la de una Princesa que en pocos años presidirá como Reina de todos los españoles y Mando Supremo de los Ejércitos, esta histórica tradición de felicitar a sus soldados por el cumplimento de su deber en defensa de España.
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