Francisco Franco salió por fin del Valle de los Caídos. «Ha sido una profanación», según la familia del dictador; la exhumación «pone fin a una afrenta moral», a juicio del presidente del Gobierno en funciones. Pedro Sánchez cumple así un empeño personal a pocos días de unas elecciones, a costa de escuchar multitud de reacciones críticas: «Un acto de propaganda, un show necrófago», pero también de respaldo: «Hace a la democracia española más perfecta». Para unos no había necesidad de abrir una herida cerrada tras la Transición, existen otras prioridades, mientras para otros era imprescindible si se quiere restituir la dignidad de las familias de quienes también se encuentran allí, víctimas de la guerra civil y de la posterior represión franquista.

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Franco entró en campaña electoral

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