Venimos al mundo como pequeñas marionetas anhelantes de vida y paulatinamente nos desprendemos de los hilos para adentrarnos en el teatro donde aprenderemos a andar, pensar, decidir. Los golpes ocasionados por la torpeza serán lección de prudencia, de que no solo 'estamos' sino que 'somos'. ... El pensamiento de conspicuos filósofos está siendo degradado por un radicalismo impropio de la civilización que creía haber descubierto nuevos caminos libres de salteadores. No se entiende bien que al socaire de una 'cultura' (por decir algo) desintegradora del tesoro de firmes valores, como en la metáfora del joven F. García Lorca «quiebren laureles, pisen violetas y se orinen a cientos sobre los ilustres muros de la poesía». Entre tales firmes valores, una verdad vinculada a la defensa de las fronteras de la libertad y el respeto mutuo, a la solidaridad y la justicia social, denunciadora de 'toda' tiranía, alejada de simuladas banderas de prosperidad y alineada con el mensaje del libro sagrado: 'Convertir la espada en arado'. Aplíquese el término 'espada' a los artilugios de tortura y muerte.
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La libertad absoluta no existe. La relativa en grado sumo es «precioso don de los cielos» cuyo disfrute exige altura de miras. No sé si la burla es una expresión de inseguridad; sí de mediocridad y carencias éticas. Cuando se humilla al cristianismo en sus símbolos más sagrados y con ellos a quienes profesan dicha fe y a innumerables anónimos que sin ser funcionarios de nada, por entrega a sus semejantes se ofrecen como vacunas contra toda 'pandemia', nos denigra y rebaja. Recuerdo la mofa en aquel agosto de 2017, al amparo de una libertad radical, presidida por la imagen de uno de los lienzos más sobrecogedores de la pinacoteca española: El 'Cristo' de Diego de Velázquez. «La composición titulada 'Carnicerías vaticanas', simulaba el despiece por trozos de carne de un Jesús en la cruz, bajo la cúpula del Vaticano, con el lema: 'Tomad y comed, este es mi cuerpo'» (https://www.lavozdegalicia.es/noticia/espana/2017/08/21/carniceria- afirma-vender-partes-cuerpo-jesus/ 00031503329656127190906.htm). Ante la intervención del juez, la concejal de la Comisión Mixta de Fiestas denunció «los ataques al humor, a la crítica sociopolítica y a la libertad de expresión, que dañan la imagen de Aste Nagusia y de Bilbao», mostrando su solidaridad con los organizadores «por el atropello sufrido». Y lamentó «los comentarios desafortunados y moralizantes» del alcalde, con el argumento de que el «rigorismo e integrismo católico dañan la imagen de ciudad abierta y plural que las comparsas han sabido construir con trabajo y con humor desde la primera edición en 1978».
Asimismo subrayó que, «mientras en toda Europa los chistes sobre Mahoma de Charlie Hebdo fueron considerados como libertad de expresión, lamentablemente aquí tenemos a jueces que actúan de modo más propio de un estado confesional que de un estado supuestamente laico». ¿Lo 'laico' como excusa para eludir «restricciones y responsabilidades legales»? Si Velázquez viviese hoy, seguramente acudiría a los tribunales en defensa de la 'ética', la 'estética' y la propiedad intelectual. La bravuconería es hija natural del fanatismo y la cobardía. El chiste y el humor requieren ingenio e inteligencia. Y tienen sus límites: nuestra propia madre, sin ir más lejos.
No creo en la democracia del «y tú más», trampantojo de una 'convivencia'; ni en la democracia de aspiraciones inalcanzables. «En nombre de la democracia» es pretenciosa expresión que no siempre rinde honor a la inteligencia. Es como decir «en mi (nuestro) nombre» sin alcanzar a ver qué es el 'demos' (pueblo) aunque sí, y demasiado, el 'kratos' (poder). Yo tampoco creo en mí, pero intento cultivar una parcela de credibilidad personal pues sé que formo parte del teatro de marionetas del mundo.
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¡Qué valientes somos bajo el paraguas de una 'libertad democrática'! ¡Y qué cobardes cuando arrecia la tempestad y entonces mutamos el miedo y la cobardía en prudencia! Entretanto, a Sócrates y Séneca los convertimos en muletas de conveniencia. Muy pocos han quemado sus vidas pensando, consumiéndose en la noche como pabilos ardientes, hablando poco y haciendo mucho, derramando su sangre por otros y cortando con la 'espada' de su ejemplo hilos manipuladores.
¿Acabarán también las imágenes de sus cuerpos en 'carnicerías' festivas? Me dan mucho miedo las 'inteligencias' destructivas y la domesticación con trampas y cepos de la 'verdadera' libertad.
Pero de lo que yo quería escribir hoy era del gran problema de España: la 'Espada', ante la que no se levantó Felipe VI. ¿Estaría pensando el Rey en el urgente 'arado'? ¡'Espadones' del mundo!: La noche de nuestro tiempo sigue ocultando sabias enseñanzas, normas de respeto y tolerancia, guías para quien prefiere ser un minúsculo alguien a un distinguido algo; o un robot al servicio de los que proclaman «yo soy la democracia». Es decir: «El Estado soy yo». El lugar de ciertos detritos del pseudo pensamiento es la soledad de las letrinas. (Mis disculpas por el tono. No es mi estilo). Tal vez sea el momento de plantar esquejes con la hoja perenne de una auténtica libertad de expresión, porque frecuentemente la libertad de expresión no es expresión de la libertad.
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