Halloween vs Memoria histórica

La guerra civil española (1936-1939) acabó con el triunfo de los golpistas, representado en la dictadura militar ejercida por Franco durante 36 años hasta su muerte en 1975. Tres años después, la sociedad española decía sí a una Carta Magna que garantizaba al país como un Estado de Derecho.

Tres mil años antes, los clanes celtas subían a las cimas de las colinas irlandesas disfrazados de muertos a encender hogueras, para con su aspecto y con la luz de las llamas ahuyentar a los malos espíritus. La celebración coincidía con el solsticio del otoño, el paso a la estación fría y oscura del invierno, el Samhain, el fin de año celta. Convencidos de que en esa noche de tránsito muertos y vivos coincidían, y preocupados por si las máscaras que los preservaban de los espíritus malignos asustaban a sus muertos, prendían velas en sus ventanas y puertas con el fin de guiar hacia el hogar a sus seres queridos.

Hoy, en España, tras la aprobación y entrada en vigor de la Ley de Memoria Democrática este mismo mes, el 31 de octubre es el día Homenaje a todas las víctimas del golpe militar, la guerra y la dictadura. El pasado lunes en el Auditorio Nacional, el Gobierno de España celebraba este primer homenaje en un acto encabezado por el presidente, Pedro Sánchez, y al que asistió la mayoría de los ministros. Sin embargo, pese a tratarse de un acto de Estado, que no de Gobierno, faltaban representantes de la oposición y de otras administraciones.

El día clave hacía la oscuridad del invierno, la noche que permite el cruce de caminos entre vivos y muertos, comparte fecha con la aprobación de nuestra Constitución por las Cortes Generales y con el día para la memoria de las víctimas, «huesos» para muchos, sin nombre, sin pasado, sin memoria; para otros sangre de su sangre, costillas de sus costillas, dolor y pérdida.

Mientras tanto, entre Halloween y el Black Friday, la fuga de muertos en el cementerio del Parque de la Warner, las cabalgatas de zombis, los esqueletos y brujas danzando la madrugada. Algunos ayuntamientos, como el de la Línea de la Concepción en Cádiz o el de Miranda en Burgos, se suman a la celebración del día homenaje. En Almería, las portadas del martes día 1, día de todos los santos, amanecen con la Procesión Magna y la noche en negro. El Samhain, el 31 de octubre, el reencuentro con nuestros huesos ni siquiera convive con las chuches y calabazas, se desconocen.