Narciso Michavila, sociólogo en los altares, comandante de artillería metido a demoscópico, hermano del exministro aznarista de Justicia, asesor áulico de Pablo Casado, antigurú confeso que ahora ejerce de gurú, oráculo de Delfos que pronosticó el hundimiento de Sánchez y la convocatoria anticipada de elecciones ... en 2021 y hacedor de GAD3, la empresa que elabora para todo el que se lo pide, y le paga, encuestas alimenticias de desigual suerte, pero que luego clava el día de las elecciones para mantener la aureola, Michavila, Narciso, auguró que el PP no volvería al poder mientras estuviera partido en tres – en Andalucía resbaló en 2018 y de qué forma – y los 'populares' van camino de hacerle caso, con Ciudadanos defenestrado en tiempo récord desde que Rivera desechó aquella bisagra/seguro de vida de «ni rojos ni azules» y 'que gobierne la lista más votada', a la vez que Vox se empieza a deshilachar a golpe de egos macarenos.
La pluralidad en un espectro político lleva a las urnas a parte de sus abstencionistas ante la mayor oferta electoral, pero cuando se tiran los trastos y los tristes desaniman al más militante. Y a izquierda del PSOE - que bastante tiene con mantener prietas las filas tras la opa hostil lanzada por el PP - parece que han levantado la veda a nivel estatal (y regional) y hay fuego cruzado: Pablo Iglesias, Yolanda Díaz, Irene Montero, Errejón, Segio Pascual, Baldoví.
No siempre fue así. En sus travesías del desierto (todos las tienen) abogan periódicamente por abrirse y busca mayor unidad, pluralidad y hasta transversalidad. El PCE, clave en la lucha antifranquista y en la Transición, cuando vio que había tocado techo engendró en 1986 a Izquierda Unida, y algo parecido ocurrió tras el 15M con Podemos y, más recientemente, con Sumar, 'mutatis mutandis', que dice el clásico.
Pero unas veces la organización precedente es impulsora, otras es coadyuvante (Unidas Podemos) y otras puede que termine siendo antagónica, según los últimos encontronazos a cuentas de la ley del 'solo sí es sí', Ucrania y, sobre todo, la eterna dialéctica entre movimiento político y partido, para desespero de los socialdemócratas y disfrute, lógico, de la derecha.
Jaén y Linares
Es el caso, por ejemplo, de Jaén capital, donde el PSOE vive más preocupado de la izquierda que de la derecha, sin el comodín de Ciudadanos para mayo de 2023 y con la incógnita de Jaén Merece Más. Ya en 2019 se le torció la noche electoral cuando Adelante Jaén (después Unidas Podemos por Jaén) de la recordada Lucía Real perdió a última hora el tercer concejal, pasando las llaves a Cs de María Cantos. Entonces, esa izquierda se presentó dividida, Podemos, por un lado, y Jaén, Sentido y Común, por otro. Los 'comunes' eran la continuación de los concejales de Jaén en Común (JeC) y, pese a su trabajo en el Ayuntamiento con Manuel Montejo al frente, no lograron representación. La falta de acuerdo dividió el voto y la posibilidad de un gobierno municipal de izquierdas.
Los 'comunes' son también herederos de la IU histórica en la ciudad, que en su día apoyó al alcalde socialista José María de la Torre y gobernó en coalición con Carmen Peñalver (2007-2011). Pero las desavenencias históricas con IU provincial hicieron que rompieran ramales y dejaron IU.
Ahora, tras un proceso de primarias, han desbancado al portavoz municipal, Javier Ureña, y controlan Podemos Jaén, con el profesor Sánchez del Pino como vencedor y en conexión con Podemos en Madrid a través de la figura histórica de Manuel Monereo. De ahí que estuviera cantado el anuncio de ayer de que JSyC y Podemos irán juntos a las municipales.
Ahora la cuestión es qué hará el resto. Adelante Jaén, los anticapitalistas de Teresa Rodríguez y Lucas Martínez, está claro que no. La principal incógnita es IU. Mamen Barranco siempre ha abogado por la unidad, pero se antoja difícil a día de hoy, también porque Podemos ha aprobado hacer valer su marca y el futuro de Unidas Podemos a nivel nacional no está claro.
Y lo mismo en Linares, donde el PSOE de Javier Perales gobierna en coalición con IU. Allí está casi cerrado que el candidato del PP sea Raúl Caro-Accino, regidor en las filas de Cs como independiente hasta hace unos meses y persona de confianza de Juanma Moreno. Las encuestas internas de los 'populares' le dan opciones de gobernar, al menos más que a la candidata designada por la dirección provincial. Así que les toca preparar el terreno, preparar el aterrizaje y calmar las aguas en el PP de Linares. No será fácil. La contrapartida puede estar en que el partido haga el resto de la lista y que Caro se comprometa a no volverse a ir si las urnas se tuercen.
La política es así.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.