Jaén, en los telediarios

Un pasado que vuelve al presente y un asunto del presente, la gestión de la sanidad pública andaluza, que recuerda a aquellas manifestaciones que contribuyeron a erosionar la Junta socialista. Aquellas mareas del cucharón que tanto alimentaron al PP, hasta llevarlo a San Telmo, convencido de poder solucionarlo todo con gestión, mucho marketing, inversión en obras (siempre son más vistosas) y conciertos privados sin contratar a más personal. Un ejemplo paradigmático: Juanma Moreno ha reinaugurado ya, con clarines y timbales, varias veces el Hospital Militar de Sevilla y aún no tiene plantilla propia. 'El Zendal andaluz' lo llama la oposición, que, como el PP en su día, ha visto la brecha en la femoral, ha olido la sangre y no va a soltar la presa. Porque además se van incorporando a la protesta sectores poco sospechosos de interés político. Y otro dato: la proliferación de hospitales y clínicas privadas, en Jaén mismo.

Y en el centro de ese remolino está la consejera Lina García, manteniendo el tipo como puede, reuniéndose con los sindicatos y anunciando inversiones para cortar la hemorragia, mientras recibe el abrazo tuitero de ánimo del presidente provincial de su partido.

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Pero las listas de espera siguen ahí, testarudas, incluso en atención primaria, lo nunca visto. El primer aviso fue cuando acabó el confinamiento. Pensaron que era coyuntural y no contrataron personal suficiente, pensando en lo privado (¿el SAS dice que no hay médicos para contratar y en la privada sí hay?). Y sacaron la famosa orden de tarifas, hasta para las consultas con el médico de cabecera. Todo ello, a cencerros tapados. Pero salió a la luz. La consejera dijo que era una simple actualización de precios. Sin embargo, ya la ha corregido dos veces, dice que lo hará las veces que sea necesario y niega sentirse desautorizada por ello. Que la fuerza la acompañe. Si alguna vez la Ciudad Sanitaria de Jaén ha dado pasos, aunque sea despacio, ha sido en los últimos años. Y tener una consejera de la tierra, digan lo que digan, ayuda.

Y el viernes vino, tarde como todos los ministros porque a Jaén no es fácil llegar, la portavoz del Gobierno, la manchega Isabel Rodríguez. Vino ligera de equipaje, como todos en campaña electoral, sin grandes anuncios. Por anunciar algo hasta anunció el arreglo de las cubiertas de la Catedral, que ya terminó de arreglar el Ministerio de Cultura. No obstante, como ministra de Política Territorial maneja abundantes fondos europeos y algunos están al caer. Así que el alcalde de Jaén, el más necesitado, le sacó el listado en su despacho de alcaldía. El tiempo dirá.

Candidatos que buscan cofradía y preparan el costal, que huelen ya a incienso y mitin. Agustín González (PP) llevaba tiempo pidiendo debates electorales. Es el más interesado como todos los nuevos en estas lides. El socialista Julio Millán, que opta a seguir con el bastón de mando, accedió al cara a cara, quizá porque ha visto que puede ganar el duelo, o para vender su gestión y proyectos, o porque negándose habría enviado un mensaje que no le convenía, o porque no hay nada decidido. O quizá por convencimiento democrático.

Los debates no están fijados aún en ninguna elección. Deberían, por salud democrática. Al menos un número mínimo, para que no dependa del interés cambiante y del talante de los candidatos. Al menos esta vez habrá, ambos son dialogantes y están también dispuestos a debatir con el resto. Bien.

Más inusuales son entre los 'candidatos' a presidir las diputaciones, pero también podría haberlos entre dirigentes de los partidos, aunque solo fuera para confrontar modelos de provincia. Sus presidentes no se eligen directamente, pero sí indirectamente. De hecho, es probable que la noche electoral ya sepamos quién ocupará el sitial de San Francisco.

En puridad, tampoco se eligen directamente a los alcaldes, sino a los concejales y estos a su vez proponen. En el caso de las diputaciones, el proceso es algo más complejo. El caso es que el presidente provincial y 'candidato' del PP, Erik Domínguez, que también es nuevo en estas lides, viene reclamando igualmente debates. El martes insistió en ello casi de forma monográfica. Y hasta le puso fecha, hora y sitio: el 14 de abril, a las cinco de la tarde, en Linares. Republicanotaurino. Su homólogo del PSOE y actual presidente, Francisco Reyes, le dijo que era «tentador», pero que no son candidatos hasta después. Con más del triple de alcaldías en 2019, está claro quién tiene más que ganar y más que perder. El del PP, que ya sabía la respuesta, dijo que podían hacerlo como dirigentes. Sería bueno, al menos uno o dos y para siempre, pero a ver quién le pone el cascabel al gato.

Jaén Merece Más presentó a su candidato. Y poco más. Ni el resto de la lista, ni programa. Y sin ideología. Bueno, eso dijeron. Buscaban la foto del recinto y lanzar la precampaña, tras el buen resultado obtenido en las autonómicas.

Y compás de espera en Ciudadanos y Vox, mientras los intentos 'in extremis' por salvar Unidas Podemos parecen condenados al fracaso después de lo escenificado en la moción de tontura.

Pero lo que más preocupa en las últimas horas es el desplome del banco alemán y su contagio. Leo: 'Deutsche Bank, la última víctima de un mercado irracional'. Ahí lo llevas. De locos. Ahora resulta que, cuando hay turbulencias, en el propio mercado hay quien busca nuevas víctimas. Vamos, el 'a río revuelto, ganancia de pescadores' de toda la vida. Y luego está la legión de malnacidos que desde las redes sociales trabajan para que estalle todo. Basta darse una vuelta por la ciénaga: 'Colapso bancario inminente', 'Pánico en los mercados', 'Saca tu dinero ahora'. Son los sembradores de miedo, los que trapichean con la incertidumbre fabricando catástrofes porque saben que el dinero es cobarde. Igual que en política, son los apóstoles de la destrucción. 'Vade retro', Satanás.