Biografía pintada de Eduardo Arroyo

Les confieso que si hubiera que votar este domingo, a la vista de la que tienen montada, posiblemente me quedaría leyendo en la cama hasta bien entrada la mañana y sólo me levantaría para tomar un café e irme a dar un paseo, caminando en dirección contraria a mi colegio electoral.

Pero es viernes y no quiero empezar mosqueado el fin de semana. Así que tampoco les hablaré del solar por el que supuestamente debería pasar el carril ciclopeatonal entre el Zaidín y Armilla y al que no se puede acceder por la negligencia, otra vez, de los unos y los otros.

Porque las culpas, como el Gordo de la lotería de Navidad, están muy repartidas. Permítanme que insista, eso sí, en tres datos que conforman una única y escandalosa realidad: 757 metros de carril. 3,4 millones de euros. Seis meses de parálisis. Y lo que te rondaré. La culpa, por supuesto, fue del chachachá.

Se suceden las informaciones que llegan de Fitur sobre las nuevas propuestas turísticas para el año. Como habrá tiempo para ir separando el grano de la paja, vamos a esperar antes de hacer valoraciones precipitadas.

Así que permítanme una recomendación que llega tarde, dado que este domingo echa el cierre la exposición de Eduardo Arroyo, 'Una biografía pintada', en CajaGranada Fundación, con la colaboración de CaixaBank. Desde siempre me ha fascinado su obra. Por narrativa. Por expresiva. Por cinematográfica. Por intertextual. Por juguetona. Por provocadora. Por ejemplo, el cuadro 'Toda la ciudad habla de ello' invita a situarse frente a él e inventar mil y una historias. O, al menos, a ver el clásico de John Ford que inspiró esta serie de pinturas noir.

«En realidad, la pintura es un proceso autobiográfico. Estás pintando constantemente tu vida… Observaciones, miradas producidas por la cotidianidad, la lectura de un periódico, la lectura de un libro, el paseo por la ciudad…». Si aún no lo hicieron, dense un salto a verla, que les espera la novia española de Fantomas.