El gesto de Pedro

No me gusta la tibieza, ni en lo atmosférico ni en casi nada. Y así, en una especie de limbo térmico, se debe haber quedado Espadas, al que Pedro Sánchez no ha hecho gesto alguno. He estado muy atento a todos los tuits y actualizaciones de estado habidas y por haber, pero nada. Es que ni una lengüecilla sacá, como si esto fuera una partida de mus. Ni un acariciarse el lóbulo de la oreja, mesarse el cabello o tan siquiera pasarse el pulgar por la nuez, de un lado al otro del cuello, a modo de rebanada.

Lo que me lleva a hacerme una pregunta: ¿cómo se esperaban los comentaristas del congreso socialista que fuera el gesto de Sánchez para con Espadas? Imagino que hay que estar muy en las cosas del partido para coscarse y ser capaces de identificar los gestos. Debe ser algo muy sutil, como esa gente que participa en una subasta y no sabes si está a punto de estornudar, si anda preocupada por quitarse un pelo de la solapa de la chaqueta o subiendo una puja.

¡Qué tensión, oigan! Si a Sánchez se le hubiera ocurrido decir en su discurso algo así como que «las espadas están en todo lo alto» hubiera temblado el misterio, con decenas de entendidos opinando sobre el particular y buscando sesudas interpretaciones al modo de los profetas del oráculo de Delfos. Porque a eso se reduce la política hoy día. A tratar de interpretar cualquier gesto del Amado Líder que permita adivinar por dónde soplará el viento. Y ponerse a favor, claro. ¿Para qué hablar de programas, bases, proyectos, ideas y propuestas? Aquí, lo que Pedro diga, cuando Pedro diga y como Pedro diga. Lo demás, ganas de especular y enredar.

PD.- ¿Contendrá alguna clave secreta lo del congreso del PSOE andaluz en Armilla… un 23F? Lo mismo hay un gesto ahí implícito que convendría analizar.