Ya ha pasado el primer rito navideño, el que marca el inicio de las fiestas, y ni siquiera me ha rozado. A la lotería, me refiero. Es como si tuviera gordofobia, siempre reacio a dejar que me toque el Gordo. Ayer, lo que más se ... veía en las redes era la reproducción de una pintada en una pared: 'A la mierda la lotería. Tócame tú'. ¡Ese anhelo del contacto humano no hay pastizal que lo supere!
Publicidad
Está muy bien ese canto al hedonismo táctil, más excitante que el recto y austero 'la mejor lotería, el trabajo y la economía'. Qué lectura tan aburrida y tediosa de la vida, así como de los años 50. ¡Mucho mejor 'Tócame tú', dónde va a parar! Eso y lo de la salud, claro.
Para los antirritualistas, la Navidad es todo un reto. No es odio, ni siquiera detestamiento. Es cansancio anticipado por todo lo que exige, empezando por pasárselo bien, disfrutar y ser feliz a toda costa. Que ojalá que sí, pero que si no, tampoco pasa nada, oiga. Que la felicidad por decreto es algo muy fatigoso.
Pero volvamos a la gordofobia, que me encanta —la palabra— y estuvo entre las finalistas para ser la palabra del año. Discúlpenme si alguien se sintió ofendido por el uso que he hecho de ella en el primer párrafo. Quienes trabajamos escribiendo matamos por un juego de palabras, aunque sea políticamente incorrecto. Como mostrenco que soy, ustedes saben que me gustan la belleza no normativa, lo extraño y bizarro, lo raro y diferente. La alteridad radical.
Publicidad
Si hace años se impuso la palabra 'aporofobia', que este año hablemos de gordofobia me parece necesario y esencial. Por cierto que en el listado de finalistas estaban narcolancha, micropiso o inquiokupa. Empieza a popularizarse, aquí también, la fusión de palabras para generar nuevos conceptos. ¡Economía de medios!
Alguna vez hemos comentado que el inglés se presta mejor a esos hallazgos lexicográficos. A priori. Porque entre brexit, juernes y follamigo no hay color. Pero leo narcolancha, inquiokupa y micropiso y me parecen un puntazo. Entonces se me vienen a la cabeza correveidile, bienmesabe, sacamuelas, bichopalo o trotaconventos y me acuerdo de Camilo José Cela y su cameo en la película 'La colmena', donde interpretaba a Matías Martí, un inventor de palabras. Me lo voy a apuntar como propósito para 2025, hablando de ritos navideños: inventar una palabra.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.