El GRITO de Torrenueva Costa

Hay un caso, sin embargo, que se ha erigido en el mejor ejemplo de las bondades de caminar solos: Torrenueva Costa. No les voy a contar toda la historia de su proceso de independencia, GRITO incluido, pero qué bien le ha sentado.

Estos días he tenido ocasión de hablar con un torreño de pro como Eduardo Castro y de un asiduo a dicha localidad: Nicolás Díez, autor de la muy notable novela 'Tres tonos de azul', que les recomiendo vivamente. Ambos coinciden en el momento dulce que vive el pueblo costero, en el despegue cultural y gastronómico del que está disfrutando. Me han glosado maravillas de un local, 'Tertulia Beach', que ya estoy loco por conocer. Como El Aljibe, el museo municipal.

Y luego está lo del puente colgante y el sendero costero, claro. Varias veces he escrito de ese espacio tan especial de nuestra Costa Tropical en las páginas de IDEAL, sobre todo en verano. Del entorno del cabo Sacratif por donde solíamos trotar mi hermano y yo como cabras locas en la más absoluta soledad, bajada y subida a la playa de la Joya incluidas.

El puente colgante se ha convertido en un atractivo turístico de primer orden que va mucho más allá de su novedosa inauguración. Permite de dar un paseo diferente y agradable, asomarse a la parte más agreste de la costa, hacerse fotos molonas y disfrutar de la impresión de tener el mar a tus pies, literalmente hablando. Enhorabuena a Plácido Lara y a su equipo del Grupo Independiente de Torrenueva. Hay que reconocer que, en ocasiones, un GRITO a tiempo es la mejor solución.