Estimado Salvador Illa, a la sazón Molt Honorable de la Generalitat: díganos, así a las bravas, hasta qué punto va a pelear Barcelona la Agencia de Salud Pública. Porque si van ustedes en serio, lo suyo es que lo digan alto y claro para saber ... a qué atenernos y no hacer el ridículo, como con lo de AESIA y la vicepresidenta socialista, que consiguió anteponer el lugar de nacimiento que reza en su DNI a cualquier otra consideración técnica. Fíjese usted, Molt Honorable, que con eso de sacar este tipo de organismos de Madrid, pensaba yo que la idea era llevarlos a ciudades más chiquitillas, por aquello de la cohesión territorial. Que capitales de provincia o pueblos más o menos grandes tuvieran la ocasión de participar de la gobernanza de distintas parcelas del país y, de paso, generar un poquillo de riqueza y empleo cualificado. ¡Menuda patochá, ¿verdad?!
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Estimado Salvador, todos le recordamos dando la cara durante la pandemia como ministro de Sanidad, por lo que tiene usted mucho ganado en esta carrera. Experiencia, desde luego, no le falta. Además, el PSC fue esencial en las últimas elecciones generales que llevaron a Pedro Sánchez a la Moncloa. Así que, si usted se lo pide al presidente no hará falta ni siquiera que Puigdemont añada la Agencia de Salud Pública a su larga, interminable y cambiante carta a los Reyes Magos. Y es que no veo yo a la nueva y flamante secretaria general de los socialistas andaluces, la también ministra María Jesús Montero, peleando esta agencia para Granada. Más que nada porque de Despeñaperros para arriba, su lucha es otra muy distinta y siempre será mejor darles a ustedes unas migajas y tenerles contentillos y apaciguados a la hora de enfrentarse por lo de la financiación autonómica y esas zarandajas.
Así las cosas, y como dirían por Motril, ¡Illo, Illa, dinos algo! También es verdad que con un año parado por la cosa de las alegaciones, como nos contaba Pablo Rodríguez, el tinglado este de la Agencia de Salud Pública no es precisamente trending topic en las conversaciones de bares y cafeterías del barrio. Que lo teníamos olvidado, vamos. Y como después del fiasco de AESIA creemos más en la Bonoloto que en estos concursillos, cuanto antes pinche usted el globo, mejor para el resto de ciudades.Luego, ya si eso, nos dan ustedes lecciones de cohesión territorial, solidaridad entre comunidades y tal y tal.
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