El pasado domingo, IDEAL publicaba una noticia terrible que, sin embargo, no conmovió a (casi) nadie: «Un ataque de Al Qaeda en Burkina Faso deja al menos 100 muertos y 140 heridos». Rastreé los estados de guasap, stories y perfiles de mis contactos más comprometidos ... y sensibilizados, pero ni caso. Imagino que, entre las vacaciones y su decidida lucha cibernética por otras causas, no tuvieron tiempo, ocasión ni ganas.

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Eso, y que hay conflictos internacionales con diferente pedigrí, no vamos a engañarnos. Sabido es que, si eres progresista de manual, tienes que compartir las noticias referentes a cierto conflicto de Oriente Medio y, si eres conservador, no dejarás de prestar atención a la situación de determinados países de Sudamérica… De esa manera, tu imagen quedará reforzada y tus bases ideológicas, incólumes. ¿Pero Burkina Faso? ¿Quién leches sabe dónde está Burkina Faso y qué demonios pasa allí?

Otra noticia sobre el Sahel: «Una emboscada de rebeldes islamistas masacra a mercenarios rusos de Wagner en Malí». ¡Y vuelta la burra al trigo! ¿Malí? ¡Pero tío! Pues agárrenme el cubata, que subo la apuesta. ¿Sabían ustedes que Ucrania apoya a los independentistas tuareg que, a su vez, luchan contra el ejército de Malí y que, por tanto, comparten objetivos y tácticas militares y tácticas con los islamistas radicales? Ahí lo dejo.

Vámonos a un país que, quizá, nos suene más, aunque sólo sea porque su selección de fútbol ha competido alguna vez en los Mundiales: Senegal. ¿Se han enterado de que el precio del arroz ha subido tanto que la economía de miles de familias está tambaleándose, a punto de irse a pique? Y en Mauritania, tres cuartos de lo mismo. Hablamos de una tragedia sin precedentes, que el arroz es la piedra angular de la dieta en esos países.

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Hambre, guerra, muerte, enfermedades, miseria… Todas esas cosillas que, por lo general, nos importan una higa cuando pasan lejos de casa y en conflictos que no nos permiten posicionarnos ideológicamente y lucir banderitas, son el caldo de cultivo de ese problema que, ahora sí, nos afecta de lleno: la inmigración.

Ya pueden pelearse PP, PSOE, Sumar, Vox y el resto de partidos. Mientras en el Sahel siga pasando lo que está pasando, miles y miles de personas tratarán de buscar una vida mejor, emigrando a otras zonas del mundo que les ofrezcan unas mínimas perspectivas de supervivencia y progreso. Y lo humano, lo decente, lo ético y lo moral es socorrerlas y acogerlas. Que no sólo lo digo yo. Que lo dice el mismísimo Papa de Roma.

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