El otro día, cuando IDEAL llevaba en portada la buena nueva de Romayla, hubo quien me guiñó el ojo. ¡No me extraña, con la turra que les he dado sobre el particular! No sé si fue un gesto de complicidad o si era una invitación ... a escribir de nuevo sobre uno de los proyectos históricamente enquistados en Granada, pero ¿qué quieren que les diga? ¡Ojalá salga de una puñetera vez!
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Pasa lo mismo con las tuberías de Rules, aunque se hayan visto anegadas por un lodazal. Con el espigón de Playa Granada y con todo lo referente al tren o el acelerador de partículas. No lo quiero decir en voz muy alta, pero las cosas parece que se mueven en Granada. Sin grandes aspavientos. Sin golpes de pecho. Sin alharacas ni palabras altisonantes. Pero se mueven.
O será que, en comparación con lo que pasa ahí fuera, esto se asemeja a una balsa de aceite. Leo las informaciones sobre política nacional e internacional y menuda desazón. Las máquinas de fango, los bulos sin cuartel, los insultos y el trazo grueso, la politización de la justicia, la judicialización de la política… De todo ello vamos sobrados de Despeñaperros para arriba. ¿Y qué decir del resto del mundo, así en bruto, empezando por la inminencia de las elecciones yanquis y la amenaza de un golpe de estado? Las ultraderechas rampantes, los criminales Netanyahu y Putin, el madurazo venezolano, los terroristas...
Muchas veces les he hablado de la célebre maldición china: «Te deseo que vivas tiempos interesantes». Granada, y toquemos madera, está de un muermo que tira para atrás, afortunadamente. Que no soy un ingenuo, ojo. Al menos, no del todo. Leo cosas como la del sicario que disparó a Vidal-Quadras y me echo a temblar. Tenemos nuestras mafias de la marihuana, los problemas recurrentes y crecientes con la sanidad, la educación y la vivienda, los titubeos con la peatonalización, el paro…
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No estamos para tirar cohetes, cierto es, pero en milagros no creemos y estos meses están siendo constructivos, dialogantes y sosegados por estos lares. No es chica cosa, viendo cómo están los patios de los vecinos.
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