Desafíos científicos para la salud y la educación en el nuevo año
Para que el impulso de los avances científicos resulte efectivo será necesario que los políticos de los distintos países lleguen a acuerdos para aumentar la inversión en ciencia, como una prioridad básica para la sociedad y los ciudadanos del siglo XXI
Jesús Lizcano Álvarez
Catedrático emérito de la Universidad Autónoma de Madrid, académico de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras, cofundador y Expresidente de Transparencia Internacional España y director de la revista Encuentros Multidisciplinares
Jueves, 9 de enero 2025, 00:33
La salud y la educación son dos derechos fundamentales de los más de 8.100 millones de ciudadanos que habitan esta aldea global, y que la ciencia ha venido impulsando y mejorando sustancialmente desde hace décadas (especialmente en los últimos años) a través de avances en distintas disciplinas y subdisciplinas científicas, progresos que sin duda van a seguir acaeciendo en este año 2025 que comienza. En estas líneas vamos a hacer referencia a algunos de los más importantes desafíos y avances científicos previstos para este nuevo año tanto en la medicina como en la educación.
En el ámbito de la medicina se esperan diversos e importantes avances: En cuanto a la medicina personalizada y de precisión, se prevén progresos significativos en la secuenciación del genoma, que va a ser cada vez más asequible a un nivel individual, permitiendo identificar mutaciones genéticas asociadas a enfermedades y diseñar tratamientos para cada uno de los pacientes, y ello en enfermedades tan variadas como el cáncer (adaptándose a las mutaciones genéticas específicas de cada tumor), las enfermedades autoinmunes, o los desórdenes neurológicos. También se esperan avances en las técnicas de edición genética, como Crispr-Cas9, que permitirán modificar el ADN de las células para tratar las enfermedades genéticas de una manera más eficaz, y en base a terapias que puedan mejorar el tratamiento de enfermedades como la hemofilia, la fibrosis quística, la anemia falciforme y ciertos tipos de cáncer.
También se prevé se sigan desarrollando las terapias basadas en células madre, ofreciendo nuevas opciones para el tratamiento de enfermedades degenerativas, como el parkinson, el alzheimer y la esclerosis múltiple, con terapias que tienen la capacidad de regenerar tejidos dañados y restaurar funciones perdidas. Igualmente importantes van a ser los avances en la nanomedicina, ya que gracias a nuevos nanomateriales se van a desarrollar fármacos más eficientes, permitiendo un tratamiento más preciso de muy diversas enfermedades. Por otra parte, la experiencia adquirida durante la pandemia de la covid-19, ha revolucionado el diseño de vacunas, y en este nuevo año se van a desarrollar de una forma más rápida y eficaz vacunas de última generación, basadas en ARN mensajero y aplicables a enfermedades como la malaria, el VIH y otras diversas patologías.
Cabe hacer referencia igualmente a progresos en el ámbito de la telemedicina, que se va a consolidar como una herramienta fundamental para la atención médica, permitiendo a los pacientes acceder a consultas médicas a distancia y recibir diagnósticos y tratamientos sin necesidad de desplazarse físicamente. En este ámbito de la distancia, los dispositivos portátiles como relojes inteligentes y sensores implantables se integrarán aún más en el monitoreo de la salud, proporcionando datos continuos sobre ritmos cardíacos, niveles de glucosa o presión arterial. En el ámbito de la neurociencia, por otra parte, se esperan avances en interfaces cerebro-computadora para tratar trastornos como la parálisis y la epilepsia, sentándose las bases para terapias personalizadas en salud mental. Además, la inteligencia artificial va a reforzar su papel esencial en el diagnóstico y tratamiento de muy diversas enfermedades, ya que sus algoritmos avanzados van a permitir analizar imágenes médicas con mayor precisión que los médicos humanos, ayudando a detectar cánceres, enfermedades cardiovasculares o afecciones oculares en etapas tempranas.
A un nivel instrumental, podemos hacer referencia a la robótica en cirugía, que va a seguir mejorando y permitiendo procedimientos más precisos y menos invasivos, ya que los robots quirúrgicos pueden realizar operaciones complejas con una alta precisión, reduciendo el tiempo de recuperación y mejorando los resultados para los pacientes.
En lo que se refiere al ámbito de la educación, vamos a hacer igualmente referencia a diversos desafíos y avances científicos previsibles en este nuevo año. Por una parte, la educación personalizada va a desarrollarse significativamente, gracias a que los sistemas de inteligencia artificial van a poder adaptar el contenido y la metodología de enseñanza a las necesidades y estilos de aprendizaje individuales de cada estudiante, que podrá avanzar así más eficazmente y a su ritmo. Además, los sistemas de tutoría basados en la IA proporcionarán a los estudiantes una retroalimentación personalizada y en tiempo real, ayudándoles a identificar sus fortalezas y debilidades y a mejorar su aprendizaje.
También serán importantes los avances que se experimenten en cuanto a realidad mixta y experiencias inmersivas, combinando la realidad virtual y la realidad aumentada, haciendo que los estudiantes puedan así explorar entornos virtuales y participar en simulaciones interactivas, enriqueciendo de forma importante su aprendizaje.
Por otra parte, se va a ir imponiendo de una forma creciente el aprendizaje multidisciplinar, permitiendo a los estudiantes trabajar en proyectos que combinen distintas disciplinas, tanto de las ciencias sociales, como de las ciencias de la naturaleza y las tecnologías, lo cual fomentará una comprensión más holística, integral y práctica del conocimiento.
En el terreno de la evaluación, tanto en los colegios como en institutos y universidades, y gracias a la IA y sus algoritmos se van a desarrollar de forma creciente las evaluaciones automatizadas, de forma que la corrección automática de pruebas, exámenes y proyectos, reducirá la carga de trabajo de los profesores y ofrecerá una retroalimentación inmediata en este terreno a los estudiantes.
En lo referente a formas de educación, es previsible que se avance en varios frentes. Por una parte, el aprendizaje híbrido, que combina la educación presencial y en línea, se va a consolidar en diversos ámbitos como una metodología clave, permitiendo esta flexibilidad a los estudiantes acceder a contenidos educativos desde cualquier lugar y en cualquier momento, adaptándose mejor a sus necesidades y horarios. Además, se va a desarrollar el diseño de videojuegos educativos avanzados, que atraerá más eficazmente a los estudiantes a aprender a través del juego, lo que incrementará su motivación y compromiso, especialmente en asignaturas como matemáticas, ciencias y lengua.
Por otra parte, el desarrollo de habilidades socioemocionales será una prioridad en los currículos educativos, ya que habilidades como la empatía, la resiliencia y la colaboración resultan esenciales para el bienestar de los estudiantes y su éxito en el mundo laboral. Además, la educación podrá ser más inclusiva y accesible, ya que los estudiantes con discapacidades verán facilitada su inclusión educativa gracias a las herramientas tecnológicas avanzadas y dispositivos de lectura para personas con discapacidad visual, así como entornos de aprendizaje adaptados para niños con trastornos del espectro autista.
A un nivel de educación práctica, está previsto que se desarrolle el aprendizaje basado en proyectos colaborativos y basados en problemas reales, lo que fomentará el desarrollo de habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la colaboración.
Por último, y a un nivel evolutivo personal, supone un importante desafío y se prevé asimismo una potenciación de la educación a lo largo de la vida, ya que el aprendizaje continuo es cada vez más necesario para acceder a un mundo laboral en constante evolución. Se espera a tal efecto que en este año se desarrollen diversas plataformas de aprendizaje en línea y numerosas universidades ofrezcan una amplia gama de cursos y programas para todas las edades y niveles educativos, lo que vendrá a posibilitar, en definitiva, una permanencia para los ciudadanos de este derecho fundamental que es la educación.
En resumen, la ciencia va a seguir contribuyendo en este nuevo año y en los siguientes al desarrollo de estos derechos humanos fundamentales de la salud y la educación, aunque en todo caso para que el impulso de estos avances científicos resulte efectivo será necesario que los políticos de los distintos países (incluido el nuestro) dialoguen y lleguen a acuerdos para aumentar la inversión en ciencia, como una prioridad básica para la sociedad y los ciudadanos del siglo XXI.
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