Las listas de espera

Las listas de espera tienen un impacto indeseable sobre la salud de los pacientes. El retraso en diagnósticos y tratamientos tienen en ocasiones un perjuicio irreparable. En otros casos impiden a los pacientes hacer una vida normal con pérdida de su calidad de vida.

Sería necesario abordar este problema desde la serenidad y aportando ideas que contribuyan a su solución. Este problema afecta a todas las comunidades autónomas, gobernadas por diferentes partidos político. En Andalucía siempre hemos tenido listas de espera con diferentes consejeros y con dos partidos políticos en el gobierno. Tampoco las medidas que se tomaron en su momento fueron suficientes. La solución no es fácil.

Las listas de espera son consecuencia del desequilibrio entre las necesidades de la población y la capacidad del sistema sanitario para resolverlas. Es necesario analizar este desequilibrio, que puede ser producido por un incremento de las entradas (solicitud de consultas externas, de pruebas diagnósticas o de intervenciones), por una incapacidad de dar salidas a los procesos, o por ambas.

Es evidente que las indicaciones quirúrgicas y las derivaciones han aumentado, sin un incremento suficiente de plantillas, de tecnología ni de infraestructuras. Porque la población española ha crecido en los últimos años sin una adecuación del sistema sanitario. También ha variado la pirámide poblacional, con un aumento de ciudadanos en edades que tienen más necesidades asistenciales. Las cirugías con más lista de espera son las cataratas, las prótesis de rodilla y de cadera.

El aumento de la cartera de servicios debido al avance de la medicina también contribuye de forma importante.

Además del incremento de las necesidades, hay una disminución de la capacidad de resolución. En los últimos años el tiempo quirúrgico de la mayoría de las intervenciones ha aumentado, al mismo tiempo que hay mayor seguridad anestésica, mayor seguridad quirúrgica y mejor postoperatorio. Numerosos avances en anestesia y la incorporación de la cirugía mínimamente invasiva han mejorado los resultados de la cirugía y la calidad percibida, así como ha disminuido el tiempo de incorporación a la vida laboral.

Ante este problema se han propuesto diferentes soluciones que no han dado resultado: limitar la derivación de pacientes desde atención primaria (medida contraria a nuestro Código de Deontología) o los decretos de garantía de que solucionan el problema de algunos pacientes frente a otros.

La solución pasa por dotar a la Atención Primaria de las herramientas para atender a los pacientes en los centros de salud: plantillas, acceso a pruebas diagnósticas y tiempo por paciente. Sabemos que la Atención Primaria es más eficiente y es fundamental para el sostenimiento de nuestro sistema sanitario.

Respecto a las listas de espera quirúrgicas, es imprescindible incrementar los quirófanos y las plantillas para dar respuesta a las necesidades de los ciudadanos. Es cierto que en los últimos años se han abierto centros hospitalarios de alta resolución a lo largo de Andalucía que pueden contribuir en cirugías de baja complejidad y en pruebas diagnósticas. Muchos de estos centros se han construido por la presión ciudadana y política, sin haber realizado ningún estudio del impacto que tienen sobre la salud de la población.

La colaboración con la sanidad privada son medidas adecuadas y necesarias, pero son insuficientes como se ha demostrado durante muchos años en Andalucía. En mi opinión, el objetivo tiene que ser dotar a nuestro sistema sanitario de recursos para la resolución en nuestros centros sanitarios.

Las listas de espera son un claro signo de que nuestro sistema sanitario está en una difícil situación que no es reconocida por ningún responsable político pero que los ciudadanos y profesionales detectamos día a día. Es el momento de abordar el problema con seriedad.

En este momento las soluciones pasan por una mayor inversión en sanidad, mejorar la eficiencia, mayor dotación de plantillas y tecnologías, y un incremento de quirófanos con los profesionales necesarios.

Como decía al principio, las listas de espera no tienen una fácil solución. Sería bueno que este problema se abordara desde la serenidad y con criterios técnicos, dejando la confrontación política y aunando esfuerzos. Si no colaboramos entre todos, este problema será crónico. Independientemente de donde uno viva.