Este 8 de diciembre de 2024 se cumplen cuarenta y cuatro años del asesinato de John Lennon. Este genio, con dieciséis años, fundó The Beatles, la mejor banda de pop de todos los tiempos y es autor de los himnos, que no canciones, 'All You ... Need is Love', 'Imagine' y 'Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band', que muchos críticos consideran el álbum más grande jamás editado.
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'Sí' fue la última palabra que este hombre pronunció en vida. Mark David Chapman, un empedernido fan, esperaba a que John y Yoko, como cada tarde, salieran de su apartamento del edificio Dakota (Nueva York) para que le firmara un autógrafo en un álbum, cosa que hizo. El psicópata no se conformó con esto y se quedó merodeando por los alrededores del edificio. De vuelta del paseo lo abordó de nuevo para realizar sobre él cinco disparos a quemarropa cuando se disponía a entrar en su casa. Cuatro dieron en el blanco. El asesino llevaba en el bolillo 'El guardián entre el centeno', de J. D. Salinger. Subieron al 'beatle' a un coche de policía para llevarlo al Hospital Roosevelt y el agente que lo acompañaba le preguntó: «¿Usted es John Lennon?». La respuesta fue «sí». Los médicos no pudieron hacer nada por él dado que al llegar al hospital lo dieron por muerto. Chapman fue condenado a cadena perpetua. La Junta de Libertad Condicional de Nueva York ha denegado hasta doce veces su libertad condicional.
John Winston Lennon –la referencia Winston fue un homenaje a Winston Churchill– es uno de los mayores genios de la música del siglo XX. The Beatles comenzó a tocar en el Cavern Club de Liverpool y a partir de aquí actuaron en concursos, circos y salas de baile. No obstante, después de haber leído varias veces su biografía, he llegado a la conclusión de que fue un pobre hombre que pasó toda su vida buscando a alguien que lo quisiera e indagando sobre su identidad, aunque se fue de este mundo sin encontrar ninguna de las dos cosas. En la trayectoria vital de este ambiguo personaje se dieron bastantes contradicciones. Entre otras, que un hombre que abogaba por la paz, murió asesinado, y que Charles Manson, que acabó con la vida de Sharon Tate, mujer de Roman Polanski, declaró que en el disco 'Helter Skelter' oyó mensajes satánicos que le impulsaron a cometer su macabra acción.
Lennon dijo que él no vino al mundo sino al caos. Tuvo una infancia terrible y estaba convencido de que todos se alejaban de él; que más que vivir sobrevivía. Fue abandonado por su madre y a su padre apenas veía dado que era marino mercante. Por estas circunstancias se crió con su tía Mimí –«Soy alguien a quien se lleva y se trae»–. Su madre murió atropellada por un policía borracho cuando cruzaba la calle. Tras ese suceso manifestó que ya no le quedaba nadie y que tenía toda la libertad para ser violento y para estar loco. Si hay algo bueno que atribuir a su madre es que gracias a ella entró en la música dado que cantaba y tocaba el banjo.
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Cuando se marchó de su casa estuvo vivió un tiempo con un amigo en otra que okuparon. Era un lugar inmundo, con muebles hechos de maderas recogidas de los contenedores, bombillas fundidas y sábanas agujereadas con las que se arropaban. Fue en este tiempo cuando empezó a beber. Se casó con Cynthia, su primera mujer, ya embarazada, y nadie de su familia fue a la boda. Al bebé (Julian) lo aceptó pero no lo quería; ni siquiera fue capaz de cogerlo en brazos cuando nació. Conoció a Paul McCartney al presentárselo un amigo. Ambos eran conscientes de su talento y firmaban sus canciones como Lennon/McCartney. Entre los dos produjeron la inmensa mayoría del repertorio de la banda. Decía que con The Beatles vivía la vida con enorme intensidad, que cada minuto tenía la enormidad de un siglo y que pasaron de comer garbanzos a alimentarse de langosta y champán.
Como empezó a correrse la voz de que The Beatles tenían poderes curativos, las primeras filas de sus conciertos siempre estaban ocupadas por paralíticos, sordos y ciegos, y las madres les pedían por piedad que tocasen a sus hijos. Fue entonces cuando pronunció la famosa frase:«Somos más populares que Jesucristo». Dio la vuelta al mundo. Eso les llevó a que en el sur de EE UU quemaran sus discos, que el Ku Klux Klan impidiera por todos los medios sus conciertos y a temer ser acribillados a balazos.
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Conoció a Yoko en una galería donde exponía y con ella tuvo a su hijo Sean. Estaba sola en un rincón y creyó que era una pieza más de la muestra. Siempre dijo que no se enamoró de la mujer sino de su talento. La llegada de Yoko a su vida cambió su modo de ver las cosas: querían ser la señora y el señor de la paz. La canción 'Give Peace' se cantaba en todas las manifestaciones al igual que 'Imagine'. Se casaron en Gibraltar y a partir de aquí eran John y Yoko: así nació 'The Ballad of John and Yoko'. A pesar de esta química, todo el mundo dijo que Yoko fue la culpable de que la banda se separara. El álbum 'Abbey Road' fue el último del grupo; 'The Ende' la última canción del álbum; y el concierto final lo dieron en la azotea de su edificio. El 'sí' a Paul McCartney, a Yoko y al policía hizo que este monosílabo fuese el adverbio de su vida.
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