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De Buenas Letras

Padres e hijos

José Abad

Miércoles, 26 de marzo 2025, 23:14

En la actualidad, el adjetivo kafkiano suele aplicarse a ese suceso o situación absurda, de carácter opresivo, que subraya y alimenta una fuerte sensación de ... desamparo o fragilidad. En cambio, tal como advierte la introducción a 'Carta al padre' (Akal): «Lo kafkiano, en la vida de Kafka, fue el padre». Se llamaba Hermann Kafka, tenía una tienda de artículos de lujo en el centro de Praga y mantuvo unas pésimas relaciones con toda su progenie; en especial, con su primogénito. Nunca leyó la carta dirigida a él que este último le escribió en 1919; la madre se ocupó de que no le llegara. Fue un acto de piedad. Imagino que un texto así habría sido un mazazo para 'herr Kafka', no tanto por lo que Franz intenta decirle, sino sencillamente por haberlo dicho. Si el retrato del padre ofrecido por Kafka responde a la realidad –y es un retrato verosímil–, aquel hombre no habría oído «el grito desgarrado del hijo», sino simplemente «el grito», y lo habría considerado otro imperdonable ataque a la autoridad paterna. Hay hombres así; no son exactamente malas personas, sino malos padres.

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