Edición

Borrar
OpiniónT

Un verano con Joseph Conrad

Conrad provoca en mí una adhesión inmediata, incondicional, ya sea por la penetración con que indaga en tipos o tramas, ya sea por las corrientes ocultas que recorren sus ficciones

José Abad

Domingo, 22 de septiembre 2024, 23:00

En las páginas preliminares de 'El agente secreto', Joseph Conrad confesaba: «En todos mis libros he procurado cumplir con mi deber. He procurado cumplir con completa entrega», para añadir a continuación: «No habría sabido hacerlo de otra manera». Esta es una de las muchas lecciones ... vitales que uno ha ido entresacando de sus obras, incluso de las menos perfectas (como es el caso de 'El agente secreto'). Según Conrad, la literatura no da carta blanca a nadie para hacer lo que le venga en gana, sino un contrato que obliga a realizar el mejor trabajo posible, siempre. El escritor no debe traicionar la confianza que el lector deposita en él cuando elige un libro suyo. Su obligación es facilitarle las vías de acceso a su propuesta y, una vez dentro, ofrecerle cuanto tiene con generosidad, pero sin atropello. Un buen anfitrión no debe hacer sentirse incómodo al huésped. Respecto a otros autores que han de leerse con un manual de instrucciones a mano, Joseph Conrad es diáfano (hermoso adjetivo). Puede ser prolijo, pero no retorcido, no confuso, no críptico (horribles adjetivos éstos).

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal Un verano con Joseph Conrad