Infames e incompetentes

Pero no iré hoy por esas ramas. Centraré el comentario en cómo estarán viviendo la previsión de esta nueva DANA los incompetentes que siguen al mando. Esos a los que importan un bledo los centenares de muertos, los desaparecidos, las vidas truncadas, las propiedades arruinadas y la devastación. Esos a los que el caos hace cosquillas, esos que no sufren saqueos y salen pitando sobre vehículos blindados si les salpica algo de barro.

Incompetencia e infamia suelen ir de la mano, y siempre debidamente escoltadas por una guardia pretoriana, y de secuaces que andando los días puede que pongan fin a tanta ignominia, (sic Calígula). Lo vimos el otro día en Valencia; al menos en su primera secuencia.

Me pregunto por cómo perciben el nuevo pronóstico de DANA los habitantes de las madrigueras burocráticas, toda esa fauna política que provista de soberbia y tics autoritarios, está llamada a gestionar la nueva DANA. ¿Estarán pensando en cómo paliar los efectos del nuevo evento climático? O, más bien, estarán preparando el discurso, eso que ellos llaman 'relato'. ¿Estarán ensayando ante el espejo su proverbial alevosía y desparpajo? Eso me temo, pues su principal objetivo es aniquilar al adversario político. Usted, amable lector, ¿qué piensa? No, no me diga nada, si no es en presencia de su abogado; que lo veo venir.

Con DANA o sin ella, la baza es el poder, perpetuarse en él o aspirar al mismo: 'Quítate tú que me pongo yo, que soy igual de inepto, pero me tienen menos visto'. Y puestos a seguir narcotizando al personal con cataplasmas y relatos, lo mismo da uno que otro. Preguntemos, quizá, a los damnificados por el volcán de La Palma, o a los derruidos en sus vidas y haciendas por el terremoto de Lorca de hace 10 años.

Pronto dejará también de hablarse del desastre de Valencia. Habrá alguna campaña electoral y erizaremos todo nuestro fanatismo para que ganen los nuestros, aunque no lo merezcan. Aunque vengan demostrando su infamia con actos y verborrea barata, con su negligencia o intención dolosa, con mentiras y malicia. A estos efectos, tanto dan el dolo o la culpa. En ambos casos deben exigirse responsabilidades que –de entrada- inhabilitan al gobernante para permanecer en el cargo.