
Paz y... ¿guerra?
José Ferrer Sánchez
Coordinador del Observatorio del Discurso de Odio IPAZ-UGR
Sábado, 22 de marzo 2025, 23:14
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José Ferrer Sánchez
Coordinador del Observatorio del Discurso de Odio IPAZ-UGR
Sábado, 22 de marzo 2025, 23:14
Trump ha dinamitado el equilibrio internacional en comercio, en seguridad jurídica, en libertades y en seguridad. A Europa se le ve las costuras en materia ... de seguridad y defensa sin la ayuda de los Estados Unidos. Tras la caída del muro de Berlín nos la prometíamos felices de empezar una nueva era, sin los bloques de países al uso, que atenazaba el progreso mundial y con una nueva perspectiva nada halagüeña, es más, parece que sombría. Lo de «American Fisrt» que pregona Trump y los suyos, no es nuevo, es más bien «viejuno»; ya lo hicieron los presidentes estadounidenses Wilson y Harding en los años 20 del siglo pasado, y que ahora repite de forma torticera Trump. No debemos olvidar que las leyes de Nuremberg de segregación del régimen nazi contra los judíos tuvieron como referente las leyes de segregación en USA de Jim Crow. Después de la segunda guerra mundial el enemigo era el comunismo y la famosa «caza de brujas» que convirtió Estados Unidos en un estado policial sin libertad de expresión y sin admitir la disensión o la opinión en contra del «establishment» político, que lamentablemente se está repitiendo ahora con el gobierno Trump, en esa especie de «deja vu» maldito que tiene la historia que, al parecer y sin remedio, se repite cíclicamente.
Estos tiempos que corren ahora surgen de dos nuevos dirigentes (lista no cerrada) imperialistas y expansionistas, Trump con las deseadas anexiones de Groenlandia, Canal de Panamá y Canadá…, y otro Putin que pretende establecer las fronteras anteriores a 1914, en los inicios de la llamada la Gran Guerra, con la pretendida anexión de Ucrania y que aterroriza a otros países como los Bálticos, Moldavia y Polonia entre otros. En los años 30 del pasado siglo se llevó a cabo por Europa, especialmente Reino Unido y Francia, contra las ansias expansionistas de Hitler lo que se llamó la política de apaciguamiento, es decir, la realización de concesiones políticas, económicas y/o territoriales frente a una potencia agresora con el fin teórico, aunque no exclusivo, de evitar un mayor conflicto…, ¿les suena?, aquí no hay spoiler todos sabemos que no funcionó el «dar de comer a la bestia» y desembocó en la mayor, destructiva e inhumana guerra que ha vivido la humanidad, la Segunda Guerra Mundial. Lo que conlleva a una lección, ceder siempre en geopolítica lleva a la miseria, la pobreza y a la guerra.
Creo en Europa y en sus valores y que ésta se está quedando como un reducto mundial de la democracia, de la seguridad jurídica y del estado del bienestar. En una reciente encuesta hecha en Europa por YouGov, concretamente en (Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y España) un 71% de creen que Trump es una amenaza para la paz y seguridad en Europa y Putin lo creen un 81,5%. Los españoles se encuentran en un 55% satisfechos con la pertenencia de España a la OTAN, otro 21% ni a favor ni en contra. España, Francia y Reino Unido apoyan, con un 53% enviar tropas de paz a Ucrania y en más de un 60% apoyarían crear un ejército europeo y finalmente, y perdonen por el atracón de cifras, alrededor de un 40% declaran que se podría gastar más en defensa con un 23% que no saben si se podría gastar o no más. Cifras reveladoras y que nos indica un nuevo paradigma en los gastos de seguridad y defensa que están dispuesto a hacer la sociedad europea, muy influenciado, obviamente, por la actualidad geopolítica.
En Europa, al contrario de lo que dicen desde la Comisión Europea, no es sólo Putin una amenaza, también lo es Trump, como lo dejó nítido y cristalino su Vicepresidente, JD Vance, en la bronca que se permitió hacer en la reciente Conferencia de Munich dónde ridiculizó los valores democráticos europeos, con el apoyo explícito de su colega Musk al partido neonazi que concurría en las elecciones próximas de Alemania, toda una injerencia en los asuntos internos de un país sin ningún reparo, parece que otrora aliado, y que tuvo su reflejo, con unas formas brutales y violentas en la indigna encerrona/comparecencia de Zelenski con Trump y Vance en la casa blanca. Surge con fuerza esa «internacional ultra» con ajenos como Trump, Putin, Netanyahu, Miley… y propios, como enemigos en casa, Orban, Meloni, Wilders y el patrio Abascal, muy amigo al parecer de Musk y de Trump, lo que me hace recordar lo que decía Aristóteles «los tiranos se rodean de hombres malos porque les gusta sentirse adulados porque ningún hombre de espíritu elevado los adularia» y así asistimos impávidos al impúdico reparto de Putin y Trump de Ucrania por territorios y para esquilmar los recursos de Ucrania. Y a un discurso de odio inusitado, contra los que opinan diferente, contra los que disienten, contra los que son de otra etnia, contra otros colectivos minoritarios, contra el migrante…, en definitiva, contra la alteridad y contra lo que no entienden por su obtusa y deformada forma de entender al «otro» y a lo diverso, y que los hacen diana de su odio y animadversión.
Debo reconocer que tengo el corazón partido, creo que la lucha no debería ser sólo el rearme, se anuncia un gasto de 800.000 mil millones de euros en seguridad y defensa, también, como dijo el Pte. Sánchez, en defensa de la democracia. No se sabe en qué se va invertir exactamente, es curioso que diga la cifra final sin saber en qué y cómo, no vaya a ser que con ese dinero de los europeos se financien a empresas de países no europeos, no obstante, no hay que olvidar que defender y garantizar la democracia se consigue también con justicia social, servicios públicos de calidad, igualdad entre personas, con fiscalidad equitativa y el respeto exquisito a los derechos humanos. A este nuevo capitalismo le molesta cada vez más la democracia.
La lucha, en mi opinión, debería ser contra un enemigo común que amenaza a toda la humanidad y que se está cobrando muchas vidas y esquilmando los recursos finitos de nuestro planeta, el cambio climático y todo lo que conlleva. Aquí si deberíamos estar más que unidos y, de alguna forma, elevarnos sobre las miserias, odios y rencores que se puedan tener y dedicar ingentes recursos. Los dirigentes deberían abandonar posturas enconadas y ultras de lucha contra el cambio climático, de cuestionarse lo elemental y pensar en aquellos que les votan, pero les confieso que me desanimo, en estos días asistimos al pacto de un partido de estado, como es el PP, en Valencia con los ultras de Vox negando la urgencia del clima, ¡madre mía después del desastre de la última DANA!, azuzando el racismo y potenciando el odio contra los que son diferentes y todo por mantener el poder, lo que me lleva a pensar que el PP pactaría con cualquiera para llegar y mantenerse en el poder, con cualquiera.
Europa debe mantener sus principios y valores que ha inspirado a otros pueblos y que ha conseguido el mayor tiempo de paz en éste continente, consiguiendo unas cotas de libertad, igualdad y bienestar nunca antes visto. Y para ello hay que moverse, hay que ser activo, en contraposición a lo que está ocurriendo en Estados Unidos cerrando medios de comunicación alternativos por asfixia económica, encerrando a quién protesta, deportando a los que le molestan…; en Roma hace unos días se celebró una manifestación multitudinaria organizada por los colectivos civiles en defensa de Europa, sus valores, la libertad, igualdad y democracia. Ese es el camino, lo contrario sabemos por tristes experiencias no conduce sino a la miseria, la opresión y al autoritarismo.
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