AFP
Huesos de Aceituna

Yo soy antirracista, ¿y tú?

Ya no basta con tolerar, hay que respetar las diferencias. Y tal actitud no solo se consigue haciéndose el sueco; hay que enfrentarse a la grosería, a la frivolidad o, directamente, a la maldad.

José Luis González

Viernes, 26 de mayo 2023, 22:48

También soy feminista y, por supuesto, antihomófobo. Ya no basta con tolerar, hay que respetar las diferencias. Y tal actitud no solo se consigue haciéndose el sueco; hay que enfrentarse a la grosería, a la frivolidad o, directamente, a la maldad. Y Vinicius, un chaval ... de raza negra que tan solo cuenta 23 años de vida, nos ha enseñado esta semana el camino a seguir como sociedad. Además, desde un entorno tan dado a la ignominia como es el del fútbol, visiblemente alejado aun de los valores deportivos y humanos que sí representan otros deportes como el baloncesto, el atletismo o la gimnasia, por poner tres ejemplos de modalidades olímpicas.

Publicidad

Porque desde este rincón he de decirlo alto y claro, para que se me entienda. El fútbol profesional y los futbolistas profesionales en general, hasta la fecha, han sido ejemplo de poca cosa buena. Hasta ayer, protagonistas de sonados episodios de racismo, machismo y homofobia que harían sonrojar a cualquiera de nuestros padres y abuelos, hijos y padres del siglo XX. Como el que implicó a la afición del Betis y a su jugador Rubén Castro, acusado de cuatro delitos de malos tratos y uno más de amenazas a su ex novia, oyendo con claridad desde la grada aquello de «Rubén Castro 'alé', Rubén Castro 'alé', no fue tu culpa, era una puta, lo hiciste bien».

O como los recurrentes insultos homofóbicos que recibía Cristiano Ronaldo allá por donde jugaba fuera del Santiago Bernabéu, hasta el punto de que el Observatorio contra la Homofobia de Cataluña denunció ante la Generalitat semejante comportamiento por parte de aficionados del F.C. Barcelona que, durante el minuto de silencio antes del inicio del partido en memoria de Johan Cruyff, gritaron aquello de «Cristiano maricón». O como aquel que protagonizó el jugador barcelonista Samuel Eto'o en 2006 en Zaragoza, cuando quiso abandonar el campo ante los continuos insultos racistas, manifestando tras el encuentro: «He jugado muchos años en Alemania, donde hay mucho racismo y nunca lo he sufrido. En cambio, en España sí lo he sufrido, pero no había dicho nada por no llamar la atención. Los árbitros deberían de tener más personalidad para detener los partidos». ¿Les suena?

Bien, pues ya en el año 2023 parece no haber cambiado mucho la cosa. El mismo Vinicius tuvo que soportar en septiembre de 2022, cuando ya despuntaba como el mejor jugador del Real Madrid y antes de que se iniciara lo que los 'tolerantes' llaman «actitud provocadora de Vinicius» –curiosamente, muy poco después de que se burlaran de él por fallar goles cantados-, que le llamaran en el Metropolitano, antes y durante un derbi, «eres un mono, Vinicius eres un mono». Ahí están los vídeos para quien quiera comprobarlo. Poco después, en enero de 2023, apareció un muñeco con su nombre colgado de un puente cercano a Valdebebas, junto a la pancarta 'Madrid odia al Real'. Y partido tras partido en España y fuera del Santiago Bernabéu, como ya sufriera Ronaldo, los desgarradores insultos le han perseguido hasta colmar el vaso en el partido de Valencia del pasado domingo, cuando volvieron a cantarle en Mestalla la misma retahíla: «eres un mono, Vinicius eres un mono». Ahí están los vídeos, grabados cuando el autobús del Real Madrid hacía su entrada en el estadio.

Publicidad

Es lamentable observar la reacción del Valencia C.F., negando la evidencia de ese ambiente de pura guerra creado antes, durante y después de ese partido –y no es la primera vez-, o el de alguno de sus jugadores, personas negras como el delantero madridista que no hace mucho han sufrido también episodios racistas y que han dado la callada cobarde por respuesta en esta ocasión. Como también es lamentable la reacción de otros jugadores brasileños afroamericanos, como Neymar, muy ofendido por el racismo del fútbol español pero ferviente defensor público del candidato ultraderechista Bolsonaro en las pasadas elecciones de su país.

Ya saben cuál es mi opinión a este respecto: EDUCACIÓN. Cuándo caeremos en la cuenta de que es necesaria como el agua una asignatura obligatoria, en todos los niveles educativos, referente única y exclusivamente a valores humanos y democráticos. Que grabe a fuego en la psique de los alumnos y las alumnas ese respeto del que escribo, incluso muy útil para tener herramientas con las que ellos mismos eduquen a sus mayores. Y no olviden que mañana también se vota sobre esto, demostrando con nuestro sufragio que no basta con no ser, es más necesario que nunca ser anti.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad