
Te estoy apaleando locamente
Solo dos de cada diez delitos de odio sufrido por el colectivo LGTBIQ+ se denuncian
José Luis González
Viernes, 1 de marzo 2024, 23:46
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José Luis González
Viernes, 1 de marzo 2024, 23:46
Ha vuelto a suceder. La capital de nuestra provincia volvió a ser el escenario de un acto que nos retrotrae a los años más rancios ... de nuestra historia reciente, aquellos no tan lejanos en los que pertenecer a la comunidad LGTBIQ+ podía suponer el aislamiento social, la cárcel o la muerte para una persona en este país. El nacionalcatolicismo y la ignorancia imperantes se mezclaban dando lugar a una espesa niebla de maldad colectiva que se llevaba por delante conceptos, hoy tan asentados en apariencia, como la libertad, la igualdad y la justicia social.
Pues eso, un chaval caminaba la madrugada del día 18 de febrero por el Bulevar, seguramente de vuelta a casa tras una noche con amigos y amigas, cuando tres jóvenes como él –de unos 20 años según denunció en la Comisaría de la Policía Nacional– se le acercaron a pedirle tabaco. Como no tenía, comenzaron a golpearlo «por no tener tabaco y por maricón». Un primer golpe en la nariz le hizo caer y sangrar en abundancia, y ya en el suelo comenzó a recibir patadas en la cabeza y los costados mientras oía gritos de «toma, maricón». En ese trance, uno de los agresores le quitó el teléfono, con el que seguramente intentaba pedir socorro, y lo tiró lejos de la escena, cogió un objeto de un contenedor cercano y comenzó a golpearle con él. Dejándolo allí tirado, los tres 'valientes' continuaron la diversión en los cercanos locales de ocio nocturno.
El chico se levantó como pudo, recogió su maltrecho móvil, llamó al número 112 y fue al centro de salud para ser atendido de las múltiples lesiones sufridas. Al día siguiente denunció los hechos, que hoy es de esperar que se sigan investigando por la Policía Nacional del siglo XXI. Así que estamos muy atentos a las primeras detenciones tras ser revisadas las cámaras de vigilancia cercanas y haber recabado las declaraciones de los posibles testigos. Ese es el trabajo policial que es preceptivo y exigible, y del que estamos seguros que son inminentes los resultados acordes a un Estado Democrático y de Derecho. Porque cuando escribo esta pieza, transcurridos 10 días desde que se produjeron los hechos, aun no tenemos noticias de que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado hayan hecho lo que se espera de ellas. O sus equipos de prensa, tan engrasados para otros asuntos, no han funcionado correctamente en esta ocasión, o ciertamente aún no ha habido ninguna detención.
Espero que no sea necesario recordar a las autoridades que esta noticia, hecha pública por la Fundación Internacional de Derechos Humanos, subraya el significativo aumento de las agresiones homófobas en España. No en vano, desde 2017 hasta 2022, el 29% de las personas LGTBIQ+ ha sufrido acoso; el 27,5%, discriminación y el 8,6% alguna agresión física o sexual, según los datos de la encuesta Estado LGTBIQ+ de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Trans, Bisexuales, Intersexuales, Queer y más. Sin embargo, solo dos de cada diez delitos de odio sufrido por el colectivo se denuncian. Y, abundando en estos números, el Observatorio Andaluz contra la Homofobia, Bifobia y Transfobia asegura que en nuestra comunidad autónoma hubo 367 incidencias en 2021 por LGTBIfobia y que nada menos que el 69,30% de las víctimas no se atrevieron a informar por temor al rechazo de sus familiares y amigos, la vergüenza o el miedo a ser asaltados nuevamente.
Ya me dirán qué podemos esperar si ese exiguo 30,7% restante de casos no se investigan como deben o la instrucción no acaba con las oportunas detenciones e imputaciones. Aunque no sé de qué me extraño a juzgar por la ola de odio que no han traído las redes sociales, inversamente proporcional al gusto por la lectura de más de 280 caracteres de sus usuarios. Lo que, sin lugar a dudas influye en que, en los últimos cuatro años, el discurso LGTBIfóbico creciera un 131,44%, según la consultora LLYC en su estudio internacional 'Discurso de odio y orgullo LGTBIQ+ en la conversación digital'.
A la luz de estos datos, alguien podría vislumbrar de nuevo aquellos tiempos que refería al principio, en los que el 'maricón' se le trataba como magistralmente se refleja en la película 'Te estoy amando locamente', dirigida por Alejandro Marín y nominada a los pasados premios Goya. Véanla, por favor, y encuentren si son capaces las 10 diferencias con la última agresión en Jaén.
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