
El beso y el silencio
Estas jugadoras han demostrado que sobra la tutela de cualquier hombre en su glorioso camino
José Luis González
Sábado, 26 de agosto 2023, 22:49
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José Luis González
Sábado, 26 de agosto 2023, 22:49
Como bien saben, la selección femenina de futbol se proclamó campeona del mundo. Toda una hazaña de este grupo de chicas que ha hecho historia ... y que nadie sabe aún las extraordinarias repercusiones que pueda tener para el futuro del deporte femenino en nuestro país. Siempre, claro está, que determinados hombres no se interpongan en tan inspirador camino. Qué sé yo, machirulos de la talla del presidente de la Federación Española de Fútbol, que consiguió convertirse en protagonista durante la celebración del título por una serie de desvaríos culminados con un beso robado en la boca a la jugadora Jennifer Hermoso. Espero con fruición que cuando estén leyendo esta pieza –yo la escribí el martes- sea ya expresidente.
Menudo personaje. Solo el fútbol es capaz de elevar a las más altas instancias de su organización a sujetos con tan poco mérito y de tan discutible catadura moral. Tal y como demostró ser el anterior titular de ese cargo, y el anterior del anterior, y... Gente que, como este, deja patente su torpeza mostrando la emoción de un triunfo con gestos más propios de un energúmeno en el palco -donde se encontraba junto a la reina Letizia y la infanta Sofía- hasta el punto de llevarse las manos a los genitales para no sé qué exaltación de la masculinidad (sic) de las jugadoras españolas. Algo así como «¡qué huevos tenéis!». Como si una mujer necesitara de las gónadas masculinas, siquiera en la estrechez mental demostrada por este señor, para alcanzar una victoria épica.
Supongo ya recordarán sus andanzas en aquellas conversaciones hechas públicas por 'El Confidencial' hace un tiempo con el exjugador y empresario Gerard Piqué alrededor de la idea de llevarse la celebración de la Supercopa de España a Arabia Saudí, para mayor gloria de su dictadura y su constancia en la violación de los derechos humanos, tomándonos a los españoles y las españolas como imbéciles en su justificación. O aquel chusco diálogo telefónico con su padre, publicado por el mismo diario digital, al que no merece la pena que dedique ni una sola palabra más. Ejemplos que, cada uno de manera independiente, debieran haber provocado la dimisión de este futbolista de medio pelo metido a dirigente. Tan fresco él, llamando «imbéciles» y «tontos del culo» que «dicen gilipolleces» a quienes criticaron el beso robado a Jennifer Hermoso; para luego, ante el revuelo, retractarse y 'reconocer' de aquella manera que «seguramente me he equivocado». No sin antes mantener una conversación en la radio con un periodista deportivo que, literalmente, daba mucho asco por la miasma machista y homófoba que desprendía.
En fin, este señor ha conseguido algo que es casi imposible: eclipsar en cierta medida un hito de la máxima envergadura en la historia del deporte femenino español, alcanzado además en el hasta ahora muy masculino Deporte Rey. Parece difícil que alguien tan probadamente mediocre consiga semejante protagonismo. Eso sí, hasta el momento en el que escribo este texto, en medio de un silencio sepulcral del universo futbolístico español. Nadie, ni clubes, ni jugadores, ni federaciones territoriales, ha dicho esta boca es mía sobre este tema. Antes, al contrario, ha tenido algunos apoyos explícitos como el del mismo seleccionador Jorge Vilda, cuyo papel en este caso justifica aquel plante de 15 jugadoras, y certifica que, agradeciéndole los servicios prestados, debe dejar paso a una seleccionadora que cierre el círculo. Estas jugadoras han demostrado que sobra la tutela de cualquier hombre en su glorioso camino.
Y, claro, a mí se me van los ojos a otro deporte que también es de masas en España: el baloncesto. ¡Ay, cuánto debiera aprender el fútbol del deporte de la canasta a tantos niveles! Fíjense en el mismo presidente de esa Federación Española, Jorge Garbajosa, que dimitirá uno de estos días no por razones semejantes a las de Rubiales, sino porque su ejemplaridad le ha hecho merecedor de ser la máxima autoridad de la FIBA en Europa. Si necesitáramos enumerar las diferencias entre uno y otro no habría espacio en todas las páginas del IDEAL de hoy para contenerlas. Pero yo me quedo con tres que saltan inmediatamente a la vista: la inteligencia, la contención y la humildad. ¿Ustedes se imaginan al que fue -este sí- gran jugador de la ACB y de la NBA manifestándose con el estilo de su alter ego futbolístico? Ni por asomo. Pero hablamos de fútbol, amigo. De sus miserias y de sus atronadores silencios.
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