Imagen de Aya Nakamura, cantante franco-maliense Agencias
Opinión

Olimpiadas de la dignidad

París no se mostró al mundo malhumorada ni recelosa, lo hizo con una gran sonrisa. La que no borraron de su rostro ni un solo segundo el Presidente del Comité Olímpico Internacional o el del Comité Organizador de París 2024.

José Luis González

Jaén

Viernes, 16 de agosto 2024, 22:48

Anda atribulada la extrema derecha con la lección de orgullo democrático y de amor a los más altos valores del deporte y de la Cultura contemporánea que ha regalado Francia al mundo entero. No es de extrañar el ataque furibundo y la retahíla de falsedades ... y medias verdades con las que la caverna ultra europea y mundial ha querido mancillar el buen nombre de quienes han dado lo mejor de sí en el país vecino para dar a luz estos Juegos Olímpicos que acaban de finalizar –aunque ahora sea el turno de los siempre interesantes y alentadores Juegos Paralímpicos–.

Publicidad

Algunos, incluso, han querido traer hasta aquí expresiones nacidas en Estados Unidos para meterlas con calzador y así definir a parte de la sociedad europea, tan distinta en tantos aspectos. Conceptos como el 'stay woke', germinados entre la comunidad negra y el movimiento Black Lives Matter de aquel país como proclama para 'estar alerta' ante el creciente racismo que aflora en la población blanca, se trasladan a Europa sin encomendarse ni a dios ni al diablo. Sobre todo, del más estúpido y desabrido de lo modos, para manipularlos a su antojo, retorcerlos y desacreditar así a los sectores progresistas que han contribuido a la dignidad de estas Olimpiadas.

O para manchar el buen nombre de deportistas que, alcanzando las metas «más rápido, más alto o más fuerte» que sus competidoras –como proclamó el Barón de Coubertain–, se les ha negado el pan y sal calificándolas de 'transexuales' por una media verdad cromosómica. Incluso a mí lograron convencerme por la poca información al respecto de la que disponía –mea culpa. Como a tanta gente de buena fe que el Gobierno italiano ha logrado engañar subido al carro de la LGTBIfobia y sus distintas variantes, que tan bien conoce la sujeto que ostenta la presidencia del país transalpino, para su tremenda desgracia.

Pero hete aquí que Francia se ha dado el gusto de dar a este submundo odiante e intelectualmente diminuto del que escribo una tremenda bofetada deportiva y cultural, con la mano bien abierta. Ofreciendo, sobre todo en las ceremonias inaugural y de clausura de los JJOO, una cara de este país y de París, su capital, preñada de luz y compromiso con el Deporte y la Cultura. Despertando en muchos momentos la emoción de quienes envidiamos sanamente el respeto por las artes y los artistas, por el deporte y los deportistas, del que presumen allí. Incluso de quienes no han nacido más arriba del lado norte de los Pirineos, tales como el propio Rafa Nadal, uno de los grandes protagonistas de estas Olimpiadas.

Publicidad

Enseñándonos que el ser humano también puede ser extraordinario. Que las guerras que hoy nos asolan y nos conmueven; que el odio, la muerte y la destrucción; que el hambre y la sangre derramada, no tienen por qué ser nuestros signos de identidad. También pueden serlo nuestra creatividad, nuestra diversidad, nuestro amor por la paz y el prójimo, nuestro compromiso con el trabajo bien hecho, nuestra cultura del esfuerzo y nuestra fe en la igualdad y en la libertad efectivas. Todo ello, con la bandera olímpica como telón de fondo, a través de la música, de la moda y de las artes escénicas, plásticas y audiovisuales en toda su heterogeneidad. Presumiendo de la Cultura recopilada del pasado, pero también del rabioso presente, del que también anhela ser futuro. Mostrándonos que no hemos de sentirnos rehenes de nada ni de nadie, siquiera de una religión –cualquiera de ellas- odiante, medrosa, traicionera y castradora.

Así, París no se mostró al mundo malhumorada ni recelosa, lo hizo con una gran sonrisa. La que no borraron de su rostro ni un solo segundo el Presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, o el del Comité Organizador de París 2024, Tony Estanguet. También en sus discursos, dignos representantes del movimiento olímpico que logró llenar las gradas de todos y cada uno de los extraordinarios recintos que dieron cabida a deportes y deportistas: el Stade de France, Roland Garros, el Parque de los Príncipes, la Plaza de la Concordia, el Grand Palais, los Campos de Marte, el Sena, Versalles… Nada más y nada menos. Lugares icónicos que quedarán fijados en nuestra memoria para siempre.

Publicidad

Como la imagen de Aya Nakamura, cantante franco-maliense, vestida de oro y acompañada por la Guardia Republicana, cantando el clasiquísimo francés de Charles Aznavour 'For me Formidable', cuyo centenario se celebra este año. ¿Quién dijo miedo?.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad