Pepe 'El Tomillero' piensa, mientras una ristra de jóvenes sigue a la espera de que las ayudas del alquiler de su vivienda se hagan efectivas en sus cuentas, lo que harían quienes tienen la facultad de subirse el sueldo sin pasar por una negociación previa ... si sus salarios se retrasaran tanto como esas ayudas. Muchos de ellos son los mismos que, además de pagar las cuotas de la Seguridad Social, desembolsan la iguala con las privadas; pagan facturas en colegios privados; satisfacen recibos de la concertada y compran comida, ropa y servicios con el dinero que les da la Hacienda Pública, ese conjunto de elecciones económicas que comportan la realización de ingresos y gastos públicos y la mutua relación existente entre ellos. ¿Qué harían si no les ingresaran sus emolumentos y se acumularan retrasos de más de un año? Deben de contar con fondos y ahorros suficientes para no temer esa debacle. Están ahí, según dicen, por los demás, pero realmente están ahí por ellos mismos. Ninguno ha salido a pedir disculpas ni a dar explicaciones. Ninguna de esas dos cosas aparece en el manual que el partido les pasa cada mañana, ese prontuario, ese argumentario parido en despachos con calefacción en invierno y aire acondicionado en verano.
Publicidad
¿Qué harían? Esa es la pregunta que se hacen los miles de jóvenes andaluces que cumplieron con el trámite peticionario, rellenaron formularios, aportaron documentos y que siguen a la espera de que algún vago deje de serlo. Ya ni siquiera se atreven a preguntar ¿qué es de lo mío? Saben que de lo suyo, nada.
Tenemos todo un año por delante y no hay que tener prisas. El día da paso a la noche y la noche al día. Uno y otra están cargados de promesas, que son cosas que cuesta muy poco hacer, que son baratas de olvidar y que se borran al paso del tiempo de la misma manera que dejan de poder leerse los tiques de las compras. Todo un año por delante para seguir bombardeando con palabras y matando con olvidos.
Un año por delante para seguir con el pan y circo de los romanos. Aquí una subvención, allí otra, un regalito, una fiesta, unos gritos, la dádiva, la propina… Terminan las navidades. No hay que preocuparse, en menos que canta un gallo estaremos celebrando el Carnaval, enseguidita la Semana Santa y muy pronto el verano, la Noche en Blanco, San Juan, el Cooltural, el Dreambeach, el concierto de Tom Jones, la Feria, la Noche en Negro y otra vez la Navidad, que ahora comienza en cuanto quieren los centros comerciales. Lo único que puede cambiar es el paisaje. Estamos en vísperas de Reyes y da gusto tostarse al sol, ni siquiera hay horas en las que haya que ponerse rebequilla. Eso sí, habrá quien siga negando el cambio climático, quien apostará por seguir echando CO2 a mansalva, ahogando al planeta, fastidiando a la población, también a la almeriense y restando posibilidades de futuro a quienes nos sucederán.
Publicidad
Todo un año por delante para intentar no tropezar con la misma piedra, aunque trastabillaremos 366 veces que para eso es bisiesto este 2024 para el que todos nos hemos deseado paz, felicidad y un poco más de cordura entre la clase dirigente, menos fruta y más educación y vergüenza.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.