Puerta Purchena

Feria 2025

«El éxito de una Feria no es meter en un recinto a 21.000 personas para disfrutar de un concierto de Estopa, ni doblar las cifras del Cooltural de otros años»

José María Granados

Periodista

Miércoles, 28 de agosto 2024, 23:17

Pepe 'El Tomillero' cree, después de calibrar la información que ha recopilado en estos días, que el éxito de una Feria como la de Almería está más que en entredicho y agoniza herido de muerte. Desde luego dista mucho de alcanzar el nivel esperado y, ... por supuesto, de superar el listón de ediciones pretéritas por mucho que el Cooltural Fest y el concierto de Estopa hayan sido agradables excepciones en una celebración que no se quiere saber por qué ha dejado de ser popular.

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Parece, por los primeros datos que han salido en la prensa escrita, en la hablada, en la audiovisual y en los diferentes canales de las numerosas redes sociales, que los únicos que están contentos, al menos de boquilla, son los organizadores. Esta vez ni los hosteleros, con los que la oficialidad se vuelca con medidas benefactoras, muestran una cara alegre y satisfecha cuando con total sequedad destacan que ha habido una más que sensible disminución de participantes. Y eso es, precisamente, lo que marca el éxito o el fracaso de las fiestas, de cualquiera de los miles que se celebran en el suelo patrio, el que dejan de ser populares porque no se da espacio al pueblo para que las disfrute.

¿Acaso se puede disfrutar algo a pleno sol de agosto, con la incomodidad impuesta en unos espacios acomodados, que no preparados ni adecuados, para cobijar al gentío que se supone va de Feria? ¿Acaso se pueden permitir unos precios exagerados en barras y mesas, en atracciones y en servicios? ¿A la fuerza hay que consumir en los ambigús de los conciertos a 6 euros la cerveza más un euro por el vaso de plástico en la que la sirven? Y quien dice cerveza dice refresco o una de esas cosas, con o sin burbujas, con nombre energético o fuera de la RAE, a temperatura ambiente -hasta a la cerveza había sitios en los que se le ponía hielo en el vaso-. ¿Y las tapas? ¿Dónde puñetas están las famosas tapas de Almería? ¿Qué fue de ellas? ¿Han emigrado?

El éxito de una Feria no es meter en un recinto a 21.000 personas para disfrutar de un concierto de Estopa, ni doblar las cifras del Cooltural de otros años. Tampoco se alcanza el mismo con ocho ambigús a mediodía y cinco casetas de noche, ni trasladando lo que entonces se llamaba movida del centro al Recinto Ferial. Una Feria es mucho más y hay que vivirla durante todo un año para echarla a la calle una semana y en Almería, por lo que sea, se ha ido degradando año tras año y no termina de cuajar la idea de que sean los almerienses quienes se monten la juerga en honor de la patrona.

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Escarbando en la historia, la identidad de la Feria hay que reconocer que se ha ido degradando conforme se ha querido hacer negocio con ella. Digamos que es posible que la avaricia, una vez más, ha roto el saco y las ideas, más que para disfrutarlas el público en general, se han mercantilizado, al grito de «¡hay que hacer caja!» y, por narices, hay que hacerla.

Otros apuntan una vez más al Recinto y también llevan su parte de razón. Es incómodo y, además, con el vacío de casetas, cuesta trabajo hasta encontrar un lugar decente donde descansar un rato. Es lógico que se añoren el Puerto, las Almadrabillas, El Zapillo y la Avenida del Mediterráneo. También hay que reconocer los aciertos por la inclusión, el recinto del Parque Nicolás Salmerón -puede que alguien considere de verdad el valor de los árboles en la ciudad-. Pongámonos ya todos, pero todos, a trabajar en la de 2025.

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