Pepe 'El Tomillero' llama por teléfono al número de la empresa suministradora de agua en Almería capital. Es un 900, número gratuito que descuelgan después de algunos minutos en los que una voz enlatada anima a esperar, usar la app de la compañía o llamar ... más tarde ya que, en ese momento y según la voz, no hay operador/a disponible. Para cuando eso sucede la calle donde vive es un pequeño riachuelo pendiente abajo que se convierte en afluente de la otra calle y amenaza con serlo de varias más, hecho que traslada a la amable operadora que, tras presentarse con su nombre y primer apellido, le pregunta por su demanda. Le explica que del registro que hay junto a su puerta mana agua en cantidad, que todo indica que se debe a una fuga en la tubería que accede a su casa, que ha avisado a su seguro y desde este le han dicho que avise a la empresa que se ocupa del servicio de aguas para que proceda a cortar el suministro mientras llegan los fontaneros. No le sorprende que su interlocutora le pregunte por el nombre del municipio desde el que llama porque ya sospechaba que en ese 900 se centralizan todas las llamadas dirigidas a aqualia desde cualquier punto del mapa peninsular. Identifica el lugar de la avería con pelos y señales, incluido el número del contrato. Hasta esta parte de la conversación, el caudal del riachuelo ha aumentado y el desagüe llega hasta la travesía principal de su barrio y supera el primer imbornal que ha encontrado en su recorrido.
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Sigue el diálogo cliente-suministradora con la parsimonia que marca el emisor y el receptor mientras el agua sigue a la fuga calle abajo a paso lento pero continuo y la voz de la operadora se cuela por el oído izquierdo del denunciante hasta llegar al tímpano, hacerlo vibrar y transmitir al martillo, el estribo y el yunque las ondas sonoras, amplificarlas y llevar el sonido al oído interno. ¿He escuchado bien? ¿Me dice que para que corten el agua debo desplazarme a la oficina de la empresa, que está a una hora de autobús, para decir que hay una avería? ¿Ah, y que tengo que pagar una tasa antes de que corten el suministro?
Terminando como estamos el primer cuarto del siglo XXI, en plena era telemática, con las TIC a toda velocidad, con un Ayuntamiento como el de Almería que se gasta una pasta todos los años en medios telemáticos, cambios de programas, de ordenadores, todo dios con tablet, teléfonos inalámbricos, móviles de última generación, certificados digitales, DNI con chip y posiblemente con chop… y con la escasez de agua que tenemos y todo lo que se quiera añadir, no es de recibo que para un hecho así no pueda emplearse la tecnología, no se pueda hacer una denuncia, no se permita cortar el suministro de agua como no sea en persona y, por supuesto, con el recibo de haber pagado la tasa correspondiente -poco más de 39 euros-.
La próxima vez lea en la prensa escrita en tinta china o digital, oiga en la radio o vea y oiga en la televisión que el Excmo. Ayuntamiento de Almería, a través de la alcaldesa, los tenientes y las tenientes de alcalde/sa, los concejales de a pie o motorizados, que Almería es una ciudad moderna, que se ha hecho una inversión, con o sin 3%, en tecnología -como aquella del edificio inteligente de El Toyo-, que es la más de la más…, volveré a llamar a ese 900 y como me digan lo mismo -que me lo dirán, oiga- en lugar de ir a pagar dejaré pasar los 5 días que dan para solucionar una avería propia de agua y mientras me lavaré en la piscina que se forme en mi calle.
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