Zona de bajas emisiones o el oportunismo socialista
José Torrente García
Domingo, 16 de marzo 2025, 23:04
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José Torrente García
Domingo, 16 de marzo 2025, 23:04
Paco Cuenca, portavoz del PSOE en el grupo municipal Socialista de la capital, ha consultado con su espejito mágico y cree ser ganador en su ... apuesta por criticar la zona de bajas emisiones que la alcaldesa Marifrán Carazo tiene que implantar en Granada por imperativo legal, obligada por la UE. Algo que él no se atrevió a implementar en enero de 2023, como era su obligación. La transposición de dicha orden ineludible viene impuesta en la Ley de Cambio Climático y en el RD 1052/2022, que obligan a todas las ciudades de más de 50.000 habitantes a tomar medidas inmediatas para mejorar la calidad medioambiental. Otra decisión cobarde de Sánchez que, en lugar de realizar las restricciones a través de los requisitos de la ITV, le endosa el marrón a los ayuntamientos. Las cosas de Pedro. La zona de bajas emisiones más que un golpe bajo a la vida diaria de los granadinos con vehículos altamente contaminantes, es una medida valiente de la alcaldesa a favor de la salud de los granadinos. Y un revés al socialismo que gobernó Granada no hace tanto, que ve cómo una alcaldesa responsable plantea proyectos de calado que realmente mejoren la salud de los ciudadanos.
Para ubicarnos en lo pervertido que es el debate que quiere imponer el socialismo nazarí, es necesario hacer la siguiente reflexión. La UE dispone una obligación medioambiental para las ciudades de España que el Gobierno de Sánchez auspicia y conmina a aplicar sin más tardanza –incluso amenazando con el chantaje de dejar de subvencionar las ayudas al transporte público que actualmente están en vigor–. Pero el PSOE de Cuenca, en campaña electoral anticipada, culpa a Marifrán Carazo de, ojo al dato, obedecer al Gobierno de Pedro Sánchez. ¿Surrealismo? No, sanchismo.
A Paco Cuenca y al partido del cual ejerce como portavoz poco les importa la garantía de mejora y prevención saludable de los granadinos si por medio se presenta la demagógica ocasión de sacar provecho electoral de una medida atrevida y repleta de esperanza que la alcaldesa popular ya implantó y anunció hace casi un año. Las cuentas en las urnas de Paco y su partido son otras. Como para dejar pasar la tentación de arremeter contra una iniciativa muy necesaria para nuestro día a día. No es algo que la estrategia electoral del sanchismo local que rige en la oposición vaya a dejar pasar sin hacer de su capa un sayo. Para Cuenca y su cohorte metropolitana, un puñado de votos es mucho más valioso que la garantía de salud para quienes viven o visitan Granada.
Porque la pregunta sensata de la polémica, que Cuenca intenta amagar en su –¿progresista?– estrategia particular capitalina, es saber qué hubiera hecho él en caso de ser hoy el alcalde de Granada. Les respondo ya: hubiera hecho lo mismo. Lo que sí sabemos es que cuando estuvo sentado como primer edil en la plaza del Carmen, ni quiso ni se atrevió a tomar decisiones que pudieran enturbiar su reelección, aún teniendo esa obligación legal. Es justo ahora cuando ve la oportunidad de criticar a quienes gobiernan la ciudad lo que él no tuvo arrestos ni voluntad alguna de iniciar cuando pudo y debió hacerlo.
Paco Cuenca no ejerce de político verde al uso ideológico de la izquierda que dice representar sino de fino estratega sanchista que ha visto en la valentía de su oponente un agujero abierto que le posibilite colar su exagerada demagogia por el hueco de la oposición política.
Si el discurso de Paco fuera leal con la verdad, hablaría de la prohibición de circular por la capital solo a los vehículos muy contaminantes y antiguos que no estén censados en Granada. También debería advertir que habrá excepciones entre los vehículos de transporte público, de carga y descarga, transporte escolar, vehículos de emergencias o vehículos de movilidad reducida. Si fuera leal con la verdad también contaría, a pesar de no venirle bien a su discurso populista, que, con la debida justificación, se podría acceder a hospitales, talleres o farmacias de guardia. O que los autónomos y profesionales podrán optar a obtener una tarjeta de carga y descarga gratuita para seguir repartiendo mercancías. Si Paco fuera leal con la verdad y con los ciudadanos, habría planteado mejoras a la propuesta de Marifrán que enriquecieran el proyecto con más sensibilidad por las situaciones como rentas bajas o personas mayores, tal y como han hecho desde los municipios del PP.
Pero, sobre todo, si Paco fuera leal con los granadinos, voten a quien voten, les diría que la zona de bajas emisiones se ha de imponer para que quienes vivimos o visitamos Granada podamos respirar un aire mucho más limpio que el que hoy nos dejan miles y miles de vehículos contaminantes que usurpan nuestro derecho a tener un medio ambiente cuidado, garantía de salud y calidad de vida. No vaya a ser que ser de izquierdas y defensor del medio ambiente en Granada solo dependa de si uno gobierna o hace oposición.
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